Por: I.A. Carlos Alberto Alarcón Rojas
Εspecialista en ética teológica.
Quien ostenta el título de ingeniero agrónomodebe ser un profesional en el campo, el testimonio vivo de una formación académica, científica, técnica y ética. Debe enfrentar su encargo social con libertad, independencia, responsabilidad, autonomía, justicia, beneficencia, conocimientos, actitudes, valores y creatividad.
Partimos de un posible concepto de la bioética como una búsqueda de soluciones de dilemas éticos (dos posibilidades igualmente reales y validas), producidos por los avances y usos biotecnológicos y científicos en el agro. La bioética no es normativa, es un apoyo, un lugar de consulta para la toma de decisiones pertinentes. El ingeniero agrónomo tiene varios dilemas en el día a día de sus actividades, algunos acaecidos por el uso de la biotecnología, como los cultivos transgénicos; pero también por causa de la técnica y de la tecnología en su quehacer cotidiano.
Hay responsabilidades económicas, sociales y ambientales en las que el bienestar de los otros es parte de su libertad de tomar las mejores decisiones con menos apasionamientos y más realidades, con pensamiento crítico respecto a las nuevas tecnologías, herramientas, variedades, alternativas de productos biológicos y químicos… pues el objetivo es el desarrollo agrícola sostenible y rentable.
Los servicios del agrónomo deben prestarse con responsabilidad, honestidad, justicia, solidaridad, sencillez y cumpliendo y haciendo cumplir los conocimientos acertados. Debe tener en cuenta que él es el responsable de la alimentación de los humanos y animales domésticos y domesticados del planeta y que su profesión es la más antigua de la Tierra y la que condujo a la sedentarización de la humanidad.
Debe ser respetuoso con todas las personas que lo rodean, responsable con el bienestar del recurso humano y con los recursos naturales, materiales y financieros bajo su directa responsabilidad. Debe ser capaz de interactuar y comunicarse con el personal que dirige: colegas, técnicos, campesinos y empresarios. Esta interacción la debe hacer respetando la cultura de todos pero luchando contra el fraude, la mentira, el engaño, la demagogia, cultivando el honor, la dignidad y honrando los compromisos y la palabra empeñada.
Ser honrado y entregarse con amor al desempeño de la responsabilidad encomendada y observar en su actividad laboral y social un estilo de vida acreedor del respeto y confianza de los demás deben ser sus prioridades.
Debe solicitar la información completa para el ejercicio pleno de sus funciones y buscar niveles de superación en lo científico o técnico, acorde con su actividad laboral.
Debe rechazar los procesos, técnicas o productos que induzcan daño o deterioro de la salud de las personas, su progenie, los recursos naturales, el ambiente y los estados financieros.
Es de suma importancia no ejercer competencia desleal, usar la razón, la reflexión, un pensamiento previo a los actos y en la decisión voluntaria y consciente. El actuar del buen ingeniero agrónomo es universal, es decir, responde a principios de rectitud tan sólidos que dicho actuar se podría replicar en cualquier lugar del mundo.
En la práctica de los actos cotidianos rigen principios y normas marcados por los límites de un grupo social o forma de vivir colectivo que le permite interactuar desde su inconsciente con la realidad que vive con las plantas y el medio que lo rodea. Esto le permite que su ética sea el punto de partida para poder vivir mejor.
No debe difamar ni denigrar a colegas, superiores o subalternos, clientes y/o personas del entorno laboral en forma directa o indirecta. Tampoco competir en forma desleal ni conceder su firma para hacer autorizaciones que no hayan sido revisadas, estructuradas, evaluadas, estudiadas o controladas personalmente por él.
También debe dedicar toda actitud a atender con la mayor responsabilidad asuntos que dan bienestar a todo su entorno laboral, familiar y social, empezando por su autocuidado.
El ingeniero agrónomo es un asesor y guardián de los contratos ante terceros, dentro de la legalidad del cuidado de los intereses de los clientes, sin pasar a términos ilícitos que afecten a los terceros.
Todo ingeniero debe ser justo y no permitir, ni contribuir o cometer actos de injusticia contra un colega o los diferentes actores en su contexto laboral, como destitución o reemplazo sin el debido proceso. Los clientes y/o terceros que irrespetan, agreden o roban a otros colegas deben ser expuestos a la luz pública para su sanción social y profesional ante el ente gubernamental que los rija.
La producción sana es responsabilidad y derecho de todos. El tiempo, el conocimiento, las herramientas de trabajo (algunos son los nuevos grilletes implementados con la tecnología) y los recursos económicos deben utilizarse para dicho fin. El saber, la experiencia, el respeto mutuo, el diálogo, la amabilidad… todas estas calidades deben dirigirse a armonizar esfuerzos, a crear, a proponer… Ciertamente, el ánimo y voluntad por prestar el mejor servicio son cualidades esenciales para la rentabilidad sostenible del agronegocio.
El ingeniero agrónomo es un ser capaz de actuar por el bien del otro, sin el ánimo o intención de doblegar su voluntad; así puede hacer aquello para lo cual está llamado: AMAR. Esto constituye la espiritualidad del creyente: el amor. Amaos los unos a los otros. El hombre sale de Dios para volver a Dios, relacionado con Dios y con el mundo. Es un ser colmado de gracia y de voluntad, reconocido en conciencia, de su realidad.
Dios bendiga todas sus actividades, queridos colegas, y cada nuevo amanecer, en unión con sus seres queridos.