Por: Vidal Romero
Periodista y Storyteller
Se hundió en segundo debate el proyecto de ley que pretendía legalizar el consumo de marihuana recreativa en Colombia. Los consumidores seguirán caminando por la vía de la ilegalidad para conseguirla, mientras que los productores siguen festejando la ausencia de un marco para la adquisición y el pago de impuestos de esta planta que cada día obtiene más seguidores.
Pese a que la producción mundial de cannabis en el mundo se acerca a los 600 billones de dólares anuales –lo que representa el 60% del Producto Interno Bruto (PIB) colombiano– y que Fedesarrollo proyectó que la siembra de 470 hectáreas de marihuana podría generarle más de 7000 empleos al país y ubicarnos como el primer productor mundial, la Cámara de Representantes no vio las suficientes razones para seguir adelante con el proyecto de ley que pretendía regular el consumo de marihuana recreativa para adultos en Colombia. La votación fue abrumadora: 52 votos a favor del proyecto contra 102 que lo tumbaron.
Pero lo único en contra no fueron los votos, sino la poca proyección y visión de los representantes, quienes se encargaron de hundir esta iniciativa que sigue dejando a los consumidores a merced de la ilegalidad y a los jóvenes y niños, que dicen proteger, más de cerca de un negocio que ha venido creciendo a pasos agigantados, incluso en medio de la pandemia. Recordemos que en una encuesta que realizó Échele Cabeza y la Corporación ATS entre el 31 de marzo y el 3 de abril del 2020, el 25% de los encuestados -1239 personas- dijeron que la sustancia que más han consumido desde que empezó la cuarentena en Colombia ha sido la marihuana, incluso por encima del alcohol y el café. Además, el 19% de las personas, quienes nunca habían consumido, decidieron experimentar con la planta en estos tiempos. Y para rematar, el 76% de los que respondieron creen que el consumo seguirá después de la pandemia.
Para defender su posición, algunos representantes utilizaron la vieja técnica de satanizar el consumo y resaltar en su discurso la protección de los niños y los efectos negativos que la marihuana tiene en el cuerpo. Incluso, algunos dijeron que la violencia en Colombia es producto del narcotráfico, confundiendo el cannabis con la coca, una droga que está prohibida en todos los países en los que se ha legalizado la marihuana. Pero no hay nada más alejado de la realidad.
El gobierno de Holanda, uno de los primeros países del mundo en despenalizar el consumo, sostiene que, al despenalizarla, las drogas duras como la heroína y la cocaína, que refuerzan problemas de narcotráfico, adicción y muerte, disminuyeron considerablemente su grado de popularidad. Es decir que menos personas tratan de consumirla. Y no solo eso, se han ido eliminando casos de delito por narcotráfico.
Pero la ignorancia no paró allí. El representante liberal Víctor Manuel Ortiz dijo: “si quieren consumir, que se vayan a Estados Unidos, a los 11 estados donde la droga está legalizada”. Y está tan legalizada, que hasta los jugadores profesionales de muchos deportes pueden consumirla si miedo a perder su trabajo.
Para los que no lo sabían, la liga profesional de fútbol (MLS), de hockey (NHL) y de beisbol (MLB), no suspenden a los jugadores que consumen cannabis. Y muy seguramente a partir de la próxima temporada se sumen a ellos la liga de baloncesto (NBA) y la de fútbol americano (NFL).
Muchos congresistas en Colombia predican que ganaron, pero la tesis de que legalizar la marihuana recreativa traería consigo un desastre social y la extensión de las adicciones no es acorde a cómo se mueve el mundo. Por el contrario, cada día damos un paso atrás para poder consumir marihuana legal.