Continuando con nuestra ya tradicional columna sobre el importante papel que juegan las mujeres en el sector de las flores, nos complace en esta edición hablarles de Alba María Castaño Rodríguez, una amable y simpática empresaria de origen campesino que con infatigable esfuerzo y perseverancia ha logrado sacar adelante una de las compañías distribuidoras de agroinsumos más importantes de la Sabana de Bogotá: Agroinsumos el Condado.
Alba María nació en el Libano (Tolima) en el seno de una numerosa familia de campesinos caficultores que entendían la importancia de la educación y que lograron que sus hijos vinieran a Bogotá y cursaran estudios de educación superior.
Alba María estudió filología e idiomas con énfasis en español en la Universidad Nacional, hizo dos posgrados en educación y se desempeñó durante muchos años como docente del Distrito. Sin embargo, el amor cultivado durante sus años de niñez por el campo fue lo que la llevó a fundar y hacer crecer una empresa tan fuertemente vinculada con el agro como el Agroinsumos el Condado.
Los ingresos de docente de nuestra protagonista fueron el capital que les permitió, a ella y a su hermano, fundar la compañía en 1985. A pesar de la relativa solvencia con que había nacido la empresa, poco tiempo después quedó al borde de la quiebra por causa de un mal negocio. Esto ocasionó el retiro de la mayoría de sus socios. Solamente quedaron su hermano Aldemar, Jaime Rodríguez- quien un año más tarde se separó y montó su propia empresa- y Alba María.
A pesar del duro golpe, la empresa no murió. Tuvieron que trasladarse a un local muy pequeño y desde allí, avanzaron nuevamente en el sector vendiendo productos por kilos. Empezaron a vender cales y esto les abrió las puertas de muchas fincas, con lo cual poco a poco fueron logrando recuperarse.
Algún tiempo después, entre los años 2006 y 2011, transcurrió la llamada crisis de la floricultura. En esta época, múltiples factores como la caída del precio del dólar y la dura competencia de países como el Ecuador ocasionaron que muchas empresas de la floricultura colombiana tuvieran que reestructurarse. Aunque el Condado era una empresa todavía pequeña y la competencia era agresiva, resistió la tormenta gracias a la persistencia de personas como Alba María, quien llegó incluso a vender su propia casa para poder cumplir con las obligaciones y mantener la empresa a flote. En el trance de esa crisis, y habiendo perdido alrededor de 2500 millones de pesos, Alba María pensó en vender y, de hecho, aparecieron varios compradores. No obstante, decidió mantener su empeño y rodearse de personas que la ayudaron a mantener la compañía. La crisis fue tan dura que varias de las empresas distribuidoras más importantes salieron del mercado. En ese entonces llegó a la compañía Eduardo Arbeláez, quien con su trabajo ayudó en la recuperación de Agroinsumos el Condado y hoy es socio del mismo.
“Lo más importante es el servicio”
Alba María atribuye el éxito de su compañía al buen servicio prestado y a la entrega total. El trabajo sin descanso y la paciencia con sus clientes en tiempos de crisis – no les suspendió el crédito y aceptaba variados modos de pago – le han servido para granjearse una gran estima en el sector. Importantes productores como Rosas del Neusa, Rosas de Sopó, Tucán Flowers, Turflor, Grupo Bacatá, Flores de Funza, Jardines de los Andes, Ipanema y el Grupo Chía, entre otros, dieron a Agroinsumos el Condado un impulso definitivo con sus compras.
Actualmente, el Agroinsumos el Condado es reconocido como una compañía con responsabilidad social no solo por haber ayudado a sus clientes en tiempos de crisis, sino porque ha asumido como política empresarial la estabilidad laboral de sus trabajadores. Son 35 las familias que se sostienen gracias a esta compañía y todos sus empleados llevan largo tiempo laborando en ella. Además, Agroinsumos el Condado no se maneja de acuerdo con un modelo piramidal sino que, por el contrario, la estructura es flexible y no hay distancias entre jefes y colaboradores. “El éxito de la compañía es Dios y la sencillez con que se maneja todo”, afirma Alba María y después termina diciendo “eso lo ratifica la fidelidad y el apoyo de los clientes y proveedores”.
“El destacado es Dios”
Desde el principio de nuestra agradable entrevista con Alba María, ella nos dejó ver que tiene una gran fe y que es gracias a Dios que Agroinsumos el Condado, su “único hijo”, ha crecido y se ha recuperado en tiempos de crisis. Nos habló del Salmo 124, que a propósito del Condado ella interpreta así: “Si Dios no hubiera estado con nosotros, habríamos desaparecido como empresa”.
Nuestro auxilio es el señor (Salmo 124)
Si el señor no hubiese estado de nuestra parte
que lo diga Israel
si el señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando los hombres se alzaron contra nosotros,
nos hubieran devorado vivos.
Cuando ardió su furor contra nosotros,
las aguas nos habrían inundado,
un torrente nos habría sumergido,
nos habrían sumergido las aguas turbulentas.
¡Bendito sea el Señor, que no nos entregó
como presa de sus dientes!
Nuestra vida se salvó como un pájaro
de la trampa del cazador:
la trampa se rompió y nosotros escapamos.
Nuestra ayuda está en el nombre del Señor,
que hizo el Cielo y la Tierra.
Reconocimientos especiales
Alba María hizo mención de varias personas importantes en su camino empresarial. Por una parte, habló de su hermana y sus sobrinos, quienes la han apoyado permanentemente. También destaca el importante papel de uno de sus proveedores, Alfonso Zuluaga del Punto Agrícola, quien aunque es una persona dura y agresiva comercialmente hablando, otorgó crédito y plazos razonables en momentos cruciales. Por último, menciona a Eduardo Arbeláez, con quien dice tener un excelente ‘matrimonio comercial’ que espera que nunca acabe.
Sobre el papel de la mujer…
También preguntamos a Alba María por su opinión acerca del papel de la mujer en el sector floricultor. A esto nos respondió que en su concepto las mujeres son muy importantes porque la gente ve la dedicación y empeño que ponen en sus tareas y responsabilidades, y en consecuencia, le gusta trabajar con ellas. Después de todo, dice Alba María, “las mujeres entienden mejor que nadie las necesidades de la Madre Tierra”.
Alba María, quien ha sido una pieza clave en el nacer, crecer y resistir de su empresa (que hoy en día cuenta con una importante cuota de participación en el mercado de insumos para flores) es, en efecto, una prueba concreta de que la dedicación de las mujeres es fundamental en el agro y la economía del país.