Para comenzar el año 2018, decidimos presentar en nuestra ya bien conocida columna sobre el importante papel de la mujer en el área de las flores a Bibiana Romero, ingeniera agrónoma de la Universidad Nacional, bogotana, bilingüe y poseedora de una amplia experiencia en el sector. El que para la primera de las entrevistas del año hayamos pensado en Bibiana no es casualidad, así lo hicimos considerando que sus méritos – tanto profesionales como personales – serán una fuente de inspiración, ejemplo y motivación para nuestros lectores.
Desde el principio en el campo de las flores
Cuando en 2003 Bibiana terminó sus estudios de pregrado, se le presentaron dos opciones para hacer la pasantía. Una de ellas era en el Centro Internacional de Agricultura Tropical en un tema de insectos; la otra era en una de las fincas del Grupo Chía, Flores el Ciprés, específicamente en la determinación de síntomas iniciales de mildeo velloso en rosa variedad Charlotte.
Bajo la consideración de que quien maneja cultivos de flores es capaz de manejar todo tipo de cultivos, Bibiana escogió la segunda de las opciones, decisión de la que nunca se ha arrepentido y que hasta el momento ha marcado su trayectoria profesional.
Tan grato fue para nuestra protagonista el aprendizaje en este campo que, después de terminar la pasantía, se quedó trabajando en Flores el Ciprés durante tres años. Posteriormente cursó una maestría en fitopatología en la Universidad Nacional, programa al que ingresó gracias a una beca que le fue otorgada en reconocimiento a su excelente desempeño académico durante el pregrado. Al terminar la maestría, Bibiana volvió a su trabajo en el Grupo Chía, donde desarrolló un proyecto sobre diagnóstico de muerte de tallos basales en rosa; Bibiana continuó en la empresa por otros dos años como ingeniera MIPE -Manejo integrado de plagas y enfermedades.
Ingreso a Syngenta y años difíciles
Bibiana ingresó a Syngenta como consultora agrícola para ornamentales. En este puesto trabajó durante cuatro años, después de los cuales fue promovida a gerente de soporte técnico en ornamentales para Colombia, Ecuador y México, cargo que actualmente detenta y en el cual le corresponde ser el puente entre las áreas de marketing, investigación y desarrollo en cuanto a flores se trata.
Estos éxitos profesionales ocurrían paralelamente con la enfermedad de Juan Sebastián, su hijo, quien después de una lucha heroica y sin tregua, expiró.
La luz de Juan Sebastián, sin embargo, nunca se extinguió. La fortaleza y valentía que demostró durante los meses de lucha le fue transmitida a Bibiana. El ejemplo de la fuerza de su hijo es lo que le ha permitido afrontar su pérdida. La memoria de Juan Sebastián es lo que más la motiva a continuar, a aceptar y afrontar los retos que se presentan, y a valorar la vida y la salud. ‘La vida es un ratico’, es una de las frases que nuestra ejemplar protagonista pronunció varias veces durante la entrevista. En efecto, Bibiana es una persona optimista, agradecida y sonriente, rasgos que muestran sin duda la solidez de su ánimo, al que la derrota no alcanza. ‘Uno tiene todas las excusas para volverse víctima, pero no hay caer en eso, hay que vivir, hay que continuar, la vida es un regalo’, afirma.
El trabajo en Syngenta ha sido parte de la terapia de Bibiana. Puesto que en el sector de las flores siempre hay nuevos retos y problemas a los cuales es necesario buscar soluciones, la ocupación continua le ha permitido sobrellevar estos años tan duros. Además, tanto la compañía como sus colegas se han distinguido por su solidaridad y apoyo. La compañía no solo facilitó las cosas en términos laborales cada vez que la situación así lo ameritaba, sino que el servicio médico de la compañía atendió de la mejor manera a Juan Sebastián y le suministró todo cuanto fue necesario.
Nuestra protagonista nos compartió una bella metáfora que le da consuelo: Dios tiene un jardín con flores muy hermosas. Algunas son tan hermosas que Dios prefiere cortarlas antes de que sufran algún daño. Eso es su hijo para ella: una flor tan hermosa que Dios quiso reservarla.
La práctica hace al maestro
A pesar de haber sido una estudiante destacada y posteriormente titular de una cátedra universitaria en fitopatología, Bibiana cree que lo más importante no son los muchos estudios sino la acción, la práctica. En materia de sanidad vegetal, por ejemplo, es muy importante untarse las manos, pues hay un choque entre la teoría y lo que en la realidad implica encarar la epidemia de algún patógeno presente en terreno.
Al respecto nos contó una simpática anécdota que le sucedió cuando comenzaba su práctica: cuando se entrevistó con la directora técnica de Flores el Ciprés, Liliana Guzmán, ésta le preguntó que si sabía qué es el mildeo velloso. Claro que Bibiana lo sabía, ‘es un patógeno que esporula en presencia de alta humedad’, respondió; y Liliana continuó ‘sí, muy bien, ¡pero contrólelo!’.
Los varios quehaceres académicos de Bibiana, que han sido transversales a toda su carrera, se han caracterizado por ser investigaciones aplicadas al campo. Ejemplos de estos trabajos son el proyecto sobre muerte de tallos basales en rosa que desarrolló en el Grupo Chía, sus estudios y conferencias en temas de mildeo velloso y botrytis, y la tesis de maestría que en el momento se encuentra retomando sobre la cuantificación del crecimiento de P. sparsa sometido a diferentes tratamientos mediante PCR en tiempo real.
Según nos cuenta Bibiana, hay quienes han hecho la observación de que habla demasiado de hongos y problemas en flores. Y es cierto. Los impactos que generan en la productividad y en la calidad de las flores el mildeo velloso y la botrytis, respectivamente, hacen que estas enfermedades sean de su mayor interés.
‘Tú puedes hacer todo lo que quieras hacer’
‘Tú puedes hacer todo lo que quieras hacer’, declara Bibiana con plena confianza. Además de desempeñar de la forma más juiciosa su trabajo en la compañía, donde día a día acompaña y apoya a los clientes en la búsqueda de soluciones para sus cultivos, Bibiana tiene cinco compromisos diarios que completa sin falta: comer de forma saludable, hacer ejercicio, estudiar inglés, estudiar portugués y leer. Adicionalmente, nuestra protagonista participa anualmente en actividades filantrópicas, como por ejemplo, ofrecer la fiesta del día de los niños en el Instituto Cancerológico, y ofrecer regalos de navidad a niñas en estado de vulnerabilidad y niños con parálisis cerebral.
‘Cuando uno cumple los compromisos todo empieza a fluir’, y ‘uno está acostumbrado a cumplirle los compromisos a todo el mundo menos a uno mismo’ son otras de las inspiradoras afirmaciones que Bibiana compartió con nosotros, quien siguiendo estos postulados logra hacer verdaderamente todo lo que quiere hacer.