Dentro de los mayores productores de flores del mundo se encuentra Kenia, un relativamente pequeño país del suroriente africano cuya industria agrícola ha ganado importancia de talla global durante las últimas décadas. El café, el chocolate, el té y las flores, que se destacan por su esmerada calidad, son sus productos de cabecera. En cuanto a las flores, Kenia es el cuarto productor más importante del mercado mundial después de Países Bajos, Colombia y Ecuador. El crecimiento de la industria florícola keniata ha sido rápido y consistente, al punto que dentro de muy poco podría estar convirtiéndose en un dolor de cabeza para los demás líderes productores de flores cortadas, en especial aquellos cuyo mercado prioritario es Europa.
En efecto, la industria floricultora keniata ha crecido de manera sostenida desde su nacimiento, al final de la década de los ochenta. Entonces, aquel país producía casi 11 000 toneladas de flores cortadas. A 2017, la producción sobrepasaba las 160 000 toneladas, lo cual significa que en treinta años la evolución del sector ha sido muy positiva. Puesto el asunto en otros términos, el valor actual (año 2017) de las exportaciones de flores cortadas es de 823 000 000 de dolares, cifra que ha venido creciendo año tras año. Hace 6 años, el valor de las exportaciones era la mitad del actual (imagen 2).
El mercado de destino de las flores keniatas es por excelencia el continente europeo, siendo Países Bajos la nación que recibe la mayoría de su producción. Reino Unido, Alemania y Rusia son otros de los clientes más fuertes de Kenia (imagen 3). Aunque hasta el momento la industria keniata ha dependido del sistema de subasta de Países Bajos -Floraholland- esta situación ha ido mermando en la medida en que los empresarios logran conexiones directas con los compradores y se establecen empresas distribuidoras keniatas en los países que constituyen el destino final de las flores. Por otra parte, se está explorando el ingreso a otros mercados como el canadiense y el australiano, así como el fortalecimiento de otros aún muy incipientes como el japonés.
Producción
Las rosas, claveles y fillers representan la mayor parte de la producción florícola keniata. Otras especies cultivadas, en orden de importancia económica son: hypericum, solidago, agapanthu y gypsophila. Casi el total de la producción es para el mercado internacional; el mercado local consume productos menos importantes que, en todo caso, normalmente no tienen vocación de exportación. Las compañías floricultoras más grandes producen anualmente entre 100 y 200 millones de tallos.
La producción está concentrada al sur del país y especialmente alrededor del lago Naivasha. Tierras fértiles, abundancia de agua y clima estable y favorable son algunas de las características a las que se puede atribuir el éxito del sector floricultor de Kenia. Además, hay una buena cooperación entre el gobierno y la industria, por lo cual ciertos costos tienden a ser relativamente menores. Un ejemplo de ello es la exención de impuestos sobre las importaciones de insumos claves para la industria, como estructuras y cubiertas para invernaderos, o equipos de refrigeración y cuartos fríos. Así mismo, Kenia hace parte de tratados internacionales que agregan a la industria ventajas competitivas. Uno de estos tratados es el EPA – European Partnership Agreement – que permite que varios productos africanos, entre ellos las flores keniatas, tengan acceso libre de impuestos al mercado europeo. Otros factores decisivos en el buen desempeño de este sector es el bajo costo de la energía eléctrica, la inversión en conocimiento y tecnología y la alta capacidad de carga de los aeropuertos del país, que facilita la logística del negocio.
En cuanto a la mano de obra, hay dos elementos que benefician la industria. El primero es que hay disponibilidad de ella. Es fácil encontrar personal dispuesto a trabajar en flores y los costos laborales no son muy altos. El segundo es que muchas de estas personas tienen ya alguna experiencia en el sector, por lo cual los costos de capacitación no son muy elevados. Se estima que la industria floricultora de este país africano emplea a más de 100 000 personas de forma directa, de las cuales un 60% son mujeres.
Organización de la industria
Dentro del sector floricultor keniata hay productores de diversos tamaños. Las compañías grandes tienen sus propias casas distribuidoras en Europa. Las compañías medianas y pequeñas venden a través de intermediarios o de asociaciones particulares. Hay, no obstante, una organización que agremia a todo tipo de productores que se llama Consejo Floricultor Keniata -KFC por sus siglas en inglés. Se podría afirmar que el KFC es a ese país lo que a Colombia es Asocolflores.
El Consejo Floricultor Keniata se creó en 1996 por la iniciativa de productores y exportadores de flores. Este organismo se encarga de representar a la industria ante las autoridades gubernamentales, participar en eventos internacionales y promover el cumplimiento de estándares de calidad. Uno de estos estándares de calidad es el Estándar de Calidad de Flores y Ornamentales -FOSS por sus siglas en inglés- que cubre diversos aspectos de la producción como las buenas prácticas agriculturales, la postcosecha, el manejo del recurso humano, la salud, seguridad y bienestar de los trabajadores, y la conservación ambiental.
De acuerdo con cifras de esa organización, son 124 los productores asociados, de los cuales el 80% produce rosas. La afiliación por primera vez cuesta alrededor de 300 dolares (30 mil chelines keniatas) y de ahí en adelante se hace un pago mensual que depende de la producción de cada finca.
Un asunto de calidad
Las flores keniatas sobresalen por su calidad. De hecho, son famosas también por contar con sello de calidad Fair Trade, que como lo comentábamos en anteriores números de la Revista, consiste en la agregación de valor a través de la certificación de que el proceso productivo – a nivel ambiental y laboral, entre otros- se hizo en condiciones justas. Así mismo, la industria participa de proyectos de empoderamiento de las mujeres como HERproject, aparece en índices importantes como el Código Internacional de Conducta -ICC por sus siglas en inglés, y cuenta con sellos otorgados por instituciones como la Iniciativa de Comercio Ético -ETI por sus siglas en inglés.
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Como vemos, son muchos los aspectos en los cuales nuestros competidores africanos han avanzado. Los riesgos que deben afrontar no son, sin embargo, nada despreciables. Hay inestabilidad política y temor por una eventual crisis económica. Además, hechos impredecibles como inundaciones, sequías y caída del precio del euro hacen temer a los industriales. De cualquier forma, lo que se puede afirmar con certeza es que, a través de los años y a pesar de estas dificultades, los keniatas han logrado construir y mejorar a lo largo de 30 años, su industria floricultora.
Bibliografía
- Asoko insight. Industry map: Kenya Floriculture
- Ogechi Adeola, Abel Kinoti Meru, Mary Wanjiru Kinoti. Kenya’s blooming flower industry: wnhacing global competitiveness
- Kenya Flower Council