Por: I.A Yesid Ayala 
Netafim Colombia

Aproximadamente el 37% de la superficie total de la Tierra se puede utilizar para producir alimentos. De esto, el 26% se usa para pastoreo, lo que nos queda tan solo un 11% para producir cereales, frutas y verduras. La cantidad de tierra disponible para la agricultura es limitada, y la demanda de alimentos sigue aumentando con el crecimiento de la población mundial. Por esto, es necesario realizar cambios en la manera en que producimos nuestros alimentos, de manera tal que podamos satisfacer nuestras necesidades a la vez que aseguramos la disponibilidad de recursos para generaciones futuras. 

Como respuesta a este entorno hemos adoptado metodologías de riego de precisión que nos ayudan a cumplir con la demanda hídrica de nuestros cultivos durante los periodos de sequía, generando mayores rendimientos por unidad de área. En una segunda fase y entendiendo los mecanismos a través de los cuales las plantas toman los nutrientes por medio de las raíces, se empezaron a aprovechar los sistemas de riego para poner en marcha soluciones que, además de satisfacer las necesidades hídricas de las plantas, también pudieran nutrirlas, en el momento, la cantidad y la relación entre elementos adecuada. Hoy en día, algunos de manera informal y algunos de una forma más estructurada, estamos aprovechando los sistemas de riego de precisión para la aplicación de fungicidas, insecticidas, nematicidas y hasta mejoradores de suelo. Los sistemas de riego ejercen mayor protagonismo en el incremento de productividad, disminución de pérdidas por plagas y enfermedades y generación de riqueza.

La gestión del riego, es decir, la definición del volumen y la frecuencia de riego es una labor diaria para muchos de nosotros. Es una tarea en la que influyen varios factores: configuración y sistema de riego instalado, edad del cultivo, porcentaje de materia orgánica, textura y el volumen de suelo que se tiene como objetivo humedecer. Es una actividad que demanda conocimiento, no sólo para su ejecución, sino un monitoreo constante que nos permita validar que los cálculos realizados se ajusten a la situación en campo, evitando caer en situaciones de excesos de agua que incremente la probabilidad de aparición de enfermedades y condiciones de anoxia o, por el contrario, que la cantidad o frecuencia de riego propuesta no satisfaga las necesidades del cultivo. 

Para muchos de nosotros no hay mejor validación que la que se puede hacer a través de un buen recorrido en campo con barreno en mano. Sin embargo, dada la disminución de mano de obra disponible, las herramientas tecnológicas que nos ayudan a soportar decisiones de riego de manera rápida se están convirtiendo en ayudas valiosas que, además de ser precisas, rápidas y arrojar datos a diferentes profundidades de suelo, se pueden relacionar directamente con la precipitación del día o con el evento de riego paralelo. De esta manera la gestión del riego se puede convertir en una tarea mas sencilla, abriendo la posibilidad a interpretación de la realidad del cultivo y realizar acciones que permitan alcanzar los objetivos de productividad propuestos. 

La disponibilidad de instrumentos para medición de humedad en suelo es variada, pero se puede resumir en dos ofertas; por un lado, los medidores de humedad volumétrica, que nos permiten medir el porcentaje de agua en una unidad de suelo y, por otro, los medidores de tensión, que básicamente nos dan una medida del esfuerzo requerido por el sistema radical de las plantas para extraer agua del suelo.

Estos equipos pueden ser complementados con otro tipo de sensores, buscando construir un entorno que nos permita tomar decisiones acertadas. De manera paralela podemos tener datos de temperatura, radiación solar, precipitación, humedad relativa, índices de desarrollo vegetativo, volumen de agua aplicado a través del sistema de riego y hasta sensores hidráulicos de presión, dando coherencia a la estrategia de riego. Enlazar estos parámetros por medio de una plataforma que además nos ayude a tomar y ejecutar decisiones de riego ha sido la tarea que ha venido desarrollado Netafim durante los últimos años.

¿Qué es GrowSphere™?

GrowSphere™ es un sistema operativo digital que integra la gestión del riego y la fertirrigación, dos de los procesos más críticos en la agricultura moderna. Este sistema, desarrollado por Netafim, se empieza a implementar en Colombia con el propósito de facilitar a los agricultores la planificación y ejecución de sus programas de riego y fertirrigación.

El sistema está respaldado por una plataforma en la nube robusta y se puede controlar de forma remota, proporcionando a los usuarios visibilidad y gestión en tiempo real de sus sistemas de riego desde cualquier lugar.

Características Clave de GrowSphere™

  1. Control total y visibilidad en tiempo real: GrowSphere™ ofrece a los agricultores la capacidad de monitorear en tiempo real el estado del riego y la fertirrigación en sus campos. Esto incluye la posibilidad de recibir actualizaciones en tiempo real sobre las condiciones de humedad del suelo y el clima con conexión a estación climatológica y el estado de los cultivos. Esta información es esencial para tomar decisiones informadas y ajustar los planes de riego según sea necesario.
  2. Optimización de recursos: El sistema ayuda a los agricultores a utilizar los recursos de manera más eficiente, reduciendo el consumo de agua y fertilizantes, y minimizando los costos energéticos y laborales. Esto no solo tiene un impacto positivo en los costos operativos, sino que también contribuye a la sostenibilidad ambiental.
  3. Automatización y sencillez: GrowSphere™ permite automatizar muchas de las tareas relacionadas con el riego y la fertirrigación, simplificando las operaciones diarias. Además, ofrece la posibilidad de controlar y gestionar el sistema de forma remota, lo que brinda mayor flexibilidad y tranquilidad a los agricultores.
  4. Asesoramiento personalizado: A través del módulo Crop Advisor, GrowSphere™ proporciona recomendaciones personalizadas basadas en la etapa de crecimiento de los cultivos y las condiciones ambientales específicas. Esto permite a los agricultores optimizar sus prácticas agrícolas para maximizar la producción y mejorar la calidad de sus cosechas.
  5. Integración y expansión: El sistema es escalable y se puede integrar con otros sistemas y tecnologías agrícolas, lo que permite a los usuarios expandir sus capacidades a medida que crecen sus necesidades.

Beneficios para el agricultor

El uso de GrowSphere™ trae consigo una serie de beneficios significativos para los agricultores. Entre ellos se encuentran:

  • Mayor valor por hectárea: Al garantizar rendimientos consistentes y de alta calidad, y al prevenir daños a los cultivos causados por riego o fertirrigación inadecuados, GrowSphere™ ayuda a maximizar el valor de cada hectárea cultivada.
  • Tranquilidad: Con la capacidad de monitorear y controlar el riego y la fertirrigación en tiempo real, los agricultores pueden estar seguros de que sus cultivos están recibiendo la atención necesaria en todo momento.

Sostenibilidad y trazabilidad: GrowSphere™ no solo optimiza el uso de recursos, sino que también permite a los agricultores mantener registros detallados de sus prácticas agrícolas, lo que facilita la trazabilidad y el cumplimiento de estándares de sostenibilidad.

Este sistema operativo no solo simplifica las operaciones agrícolas, sino que también empodera a los agricultores y decisores de gestión de riego con la información y el control necesarios para enfrentar los desafíos de la agricultura moderna. Con GrowSphere™, Netafim continúa liderando el camino hacia un futuro agrícola más eficiente y sostenible.