Por: Alfonso Nieto G. ©

Si hay un paraíso en este mundo, entonces está en Colombia[1]Eslogan usado en la ciudad de Fukoka en Japón, para atraer a los emigrantes japoneses a Colombia, específicamente al Valle del Cauca en 1929, generado por el impacto de la lectura y traducción de … Continue reading

Kiosko en el Parque de la Independencia. Fotografía de Clímaco Nieto[2]Documento gráfico tomado del libro: Urna Centenaria, p.120

Continuando con la protohistoria de la floricultura en Colombia, es importante hablar de la llegada de los “jardineros” japoneses, quienes influyeron poderosamente en paisaje urbano de ciudades como Bogotá y Medellín.

Ya habíamos enunciado en su momento, como el Sr. Antonio Izquierdo de la Torre[3]Consultar Alfonso Nieto G. enero-febrero 2023, p. 31-32, en su viaje al Japón en 1908 y tras el “Tratado de amistad, comercio y navegación” firmado por el gobierno colombiano y Japón, había traído en su regreso a “un experto jardinero por solicitud del presidente Reyes, este jardinero había trabajado no solo para la Casa Imperial, sino también para el ministro Shigenobu Okuma (1838-1922)[4]Inés San Miguel. 2014, p. 28”, además Inés San Miguel, cita a Toraji Irie y su libro de 1938: Historia de los Japoneses en Ultramar, quien afirma que Izquierdo llegó a Colombia con dos jardineros y un carpintero, sin embargo Antonio Izquierdo solamente menciona a Tomohiro Kawaguchi –el jardinero del ministro Okuma-, sin desconocer que los otros dos japoneses “hubieran ido junto con Kawaguchi”[5]Inés San Miguel. 2006, p.83

Así, el primer japonés, conocido, que llegó a Colombia fue Tomohiro Kawaguchi quien desde su llegada al país se dedicó de lleno a mantener los jardines de casa Villa Sofía de propiedad del presidente Rafael Reyes Prieto, construcción que se levantaba entre las calles 66 y 67 con carrera 7ª en Chapinero, en el mismo terreno que hoy ocupan los edificios Plaza 67 donde funcionan oficinas de la cadena informática Caracol, la agencia Efe, la Fiduciaria del Banco de Bogotá, entre muchas empresas más[6]Redacción El Tiempo. Sobre Villa Sofía y sus jardines comenta Daniel Ortega:

Entrada a Villa Sofía, casa del general Rafael Reyes. Estaba ubicada en la calle 66-67 con carrera 7ª.

En el camellón de arriba, carrera 7ª con calle 66, estaba situada la casa del General Rafael Reyes, llamada ‘Villa Sofía’. El Sitio no era muy alto y tenía la ventaja de que le quedaba cerca la quebrada de ‘La Vieja’, de limpias y cristalinas aguas.

Aquella magnífica casa tenía fama por su bellos jardines cuidados y arreglados por un experto jardinero japonés, que el Presidente había mandado traer en especial para el arreglo de su finca”[7]Daniel Ortega, p. 49

La casa Villa Sofía, desapareció a finales de los años 90´s del siglo pasado, con la construcción de Plaza 67, a pesar de ser una casa de conservación y de existir un acuerdo por parte de los constructores del complejo Plaza 67, de mantenerla[8]Ver nota 6.

T. Kawaguchi fue el encargado de la ornamentación ambiental diseñando, ejecutando y sembrando las plantas para los jardines del Parque de la Independencia en la celebración del Centenario en 1910[9]Igual nota 3, p.. Se dice que Tomohiro, fue guardabosques del parque de la Independencia o de los terrenos del Sr. Antonio Izquierdo, y que la construcción, con estilo japonés, el quiosco japonés, construido por Carlos Camargo Quiñones –estudió Ornamentación en la Escuela de Bellas Artes y graduado como arquitecto en 1909 en la Universidad Nacional- en el Parque, sirvió de residencia al guardabosques, es decir para el Sr. Kawaguchi.[10]Consultar a José Roberto Bermúdez Urdaneta y Alberto Escovar Wilson-White, también Luis F. Gonzáles Escobar, p. 607

La antropóloga Inés San Miguel Camargo, en su obra En Pos de El Dorado. Inmigración japonesa en Colombia, en la nota 8, escribe:

L.F Gonzales Escobar en su libro Del alarife al arquitecto, 2013, p. 196, nos dice que, a pedido de la Sociedad de Mejoras Públicas de Medellín, el Ministerio de Obras Públicas envió en 1911 al jardinero japonés Tomogiro (sic) Kawaguchi, quien “embelleció los parques y enseño a algunos discípulos[11]Ibíd. Nota 4

La llegada de Kawaguchi y su desempeño como jardinero, influiría notablemente en los diseños de los jardines y el arbolado de la ciudad de Bogotá a comienzos del siglo XX y en definitiva en el paisajismo de la ciudad, como lo afirma Margarita María Roa[12]Margarita María Roa Rojas, p. 357:

En cuanto al diseño paisajístico de los jardines, fue definitiva la presencia de algunos jardineros japoneses en el país, dentro de los cuales se destacaron Tomohiro Kawaguchi, quien a comienzos de siglo XX diseña los jardines de la residencia del presidente Rafael Reyes en Chapinero y el diseño paisajístico de la Exposición Industrial de Bogotá, entre otros encargos”.

Fotografía del Parque de la Independencia, donde se observa el kiosko japonés y el diseño de una fuente en cantos de piedra, posiblemente obra del Sr. Tomohiro Kawaguchi. Fotografía de Luis A. Acuña. 1912. Colección Museo de Bogotá

Kawaguchi tuvo que ver con el diseño y ejecución de los jardines en la renovación del “nuevo” parque del centenario y que se inauguraría el 19 de julio de 1926:

El nuevo proyecto del Parque del Centenario fue concebido por Laureano Gómez, Ministro de Obras públicas, los planos y la dirección de los trabajos estuvieron a cargo de Arturo Jaramillo Concha, quien contó con la colaboración de Roberto Martínez Romero; la Sociedad de Embellecimiento suministró la flora del nuevo parque y la ejecución de los jardines fue obra del jardinero japonés Tomogiro Cawavuchi, considerado el primer inmigrante de ese país en llegar a Colombia, que anteriormente se había encargado de la vegetación y la flora de las exposiciones celebradas en 1907 y 1910. El nuevo Parque del Centenario fue inaugurado solemnemente en la noche del 19 de julio de 1926[13]Hugo Delgadillo, 2017, p. 141 y H. Delgadillo, 2019, p. 191 y 219.  Delgadillo (2017), reproduce la nota de una crónica de el periódico El Tiempo: “La inauguración del Parque del … Continue reading

Planta del Parque del Centenario. Alrededor 1925-1926. Archivo General de la Nación. Tomohiro Kawaguchi fue el encargado de diseñar y ejecutar los jardines del “nuevo” Parque del Centenario, Ilustración tomada de Hugo Delgadillo, 2017

La avenida Caracas fue inaugurada el 9 de diciembre de 1932, en homenaje a la batalla de Ayacucho que determinó la independencia del Perú (9 de diciembre de 1824) y cuyo nombre se estableció en honor a la ciudad donde nació el libertador Simón Bolívar[14]Ver Diego A. Buitrago, p.162 en Venezuela y que coincide con la llegada a nuestro país del urbanista austríaco Karl Brunner (establecido en el país entre los años 1932-1948) y quien:

…planteó la avenida Caracas como la espina dorsal del desarrollo de la ciudad en sentido norte-sur, y por la que se condujera el tránsito comercial y de pasajeros, condición que se facilitaba allí en la medida en que otras calles de mayor tradición como las carreras 13 y 7 — bastante consolidadas en su momento — impedían la continuación del flujo por la estrechez y cantidad de obstáculos. La avenida Caracas se constituyó como el conector de dos centros de comercio, industria y servicios. Por un lado el centro tradicional y Chapinero, mientras que en el intermedio y en el extremo sur se ubicaron las franjas residenciales, eso sí, con características y para poblaciones opuestas”[15]Igual, p. 15 y ver Alfonso Nieto G. Enero-febrero 2024, p.34

Avenida Caracas. Karl Brunner, 1940. Fotografía tomada de Diego A. Buitrago. El diseño paisajístico de los separadores, fue obra de T. Kawaguchi

Diego Buitrago, sugiere que quien diseñó el paisajismo del separador central de la avenida Caracas, fue el jardinero japonés Tomohiro Kawaguchi[16]Diego A, Buitrago, p. 185.

Abajo la inmigración amarilla, Colombia para los Colombianos”[17]El Tiempo. Martes 8 de octubre, 1935.  “Manifestación ayer contra la inmigración japonesa”, tomado de María Angélica Gómez M. p.114, la manifestación fue hecha por los estudiantes de … Continue reading

Inés San Miguel, citando a T. Irie y su libro La historia de los japoneses de ultramar, escribe[18]Inés San Miguel. 2006, p. 83:

Toraji Irie, en su voluminosa obra sobre la inmigración japonesa a ultramar, menciona que después de 1903, año en el que Colombia perdió el Istmo de Panamá, ésta se sintió amenazada y con la necesidad de protegerse de una posterior intervención de los Estados Unidos. Por lo cual, en el viaje que en 1908 hizo Antonio Izquierdo a Japón, parece ser que tenía -según palabras de Irie- el encargo de solicitar a Japón 100.000 trabajadores. La intención era colocarlos en la frontera con el istmo (1938, vol. 1, pp. 351-2). Irie no menciona la fuente de información de donde tomó éste y otros datos relacionados con la visita de Izquierdo a Japón y su posterior regreso a Colombia”.

La idea de traer trabajadores extranjeros para poblar y hacer productivo al país, fue una idea generalizada que tomó mucha fuerza a finales del siglo XIX por parte del sector gobernante, la clase dirigente y la intelectualidad, donde claramente se vio la necesidad de reducir los baldíos para hacerlos productivos y favorecer el progreso. Los conceptos al respecto iban desde la política de puertas abiertas buscando una altísima y rápida inmigración a una política de inmigración selectiva[19]Consultar a José Fernando Hoyos. El Sr. Antonio Izquierdo de la Torre, en 1908 visitó varios países asiáticos, incluido el Japón donde logró tratar el tema relacionado con la inmigración de japoneses y se quedó a la espera de firmar un tratado comercial entre los dos países, para que el Japón enviara unos comisionados a estudiar las condiciones de Colombia y así favorecer la llegada de personas de ese país.[20]Ibíd. Nota 18, p.84

Paseo de la Avenida Caracas”, fotografía de Gumersindo Cuéllar, posiblemente hacia 1940.    Obsérvese la distribución y la vegetación en el separador, diseño de Tomohiro Kawaguchi.
Ilustración tomada de Diego A. Buitrago

El tratado entre las dos naciones se ratifica el 10 de diciembre de 1908 y el gobierno japonés envía un representante a evaluar las condiciones para una futura emigración y fue el Sr. Ryôji Noda, un experto para el gobierno japonés en asuntos de inmigración para Suramérica, de hacer el informe respectivo a su regreso al Japón:

… presentó un informe de su recorrido por Colombia al Ministerio de Relaciones Exteriores de su Gobierno. En éste, Noda se abstuvo de recomendar la emigración a Colombia por varias razones, entre otras: la falta de una ruta directa de navegación, lo que haría el viaje muy largo y costoso; las deficientes condiciones internas de comunicación en Colombia, lo que haría difícil entrar y salir del país; la enorme extensión ocupada por escarpadas montañas; la falta de variedad de productos agrícolas y las periódicas inundaciones en las zonas fértiles de los ríos Magdalena y Cauca. Noda predijo, sin embargo, que de lograrse en un futuro la emigración a Colombia, él veía el sur del Valle del Cauca, en especial la parte comprendida entre Santander de Quilichao al sur y Cartago al norte, como una región prometedora.[21]Igual

Casa y trabajo en la Colonia Agrícola El Jagual. 1939. Ilustración recuperada de Hensel Mera

El asunto se retomó hasta el año de 1920, cuando la SAC –Sociedad de Agricultores de Colombia- desesperada por la falta de trabajadores agrícolas, llama la atención al Gobierno y sugiere que la llegada de japoneses es apropiada para el paí[22]Ibíd., p. 84 y Abel Fernando Martínez Martin, p. 120. Para estos momentos históricos, las ideas europeas del blanqueamiento y de la eugenesia tiene una importante acogida en el país y en todos los países latinoamericanos en el ámbito político, médico, intelectual y hasta religioso, donde se habla de la pureza y la mejora de la “sangre”, de la raza, en la búsqueda de la superioridad racial, más allá del mestizaje, donde la inmigración comienza a ser selectiva y restringida. Aquí unos ejemplos, tomados de una extensa información al respecto:

Poblar es enriquecer cuando se puebla con gente inteligente en la industria y habituada al trabajo que produce y enriquece. Poblar es civilizar cuando se puebla con gente civilizada, es decir, con pobladores de la Europa civilizada. Por eso he dicho en la Constitución que el gobierno debe fomentar la inmigración europea.

Pero poblar no es civilizar, sino embrutecer, cuando se puebla con chinos y con indios de Asia y con negros de África.

Poblar es apestar, corromper, degenerar, envenenar un país, cuando en vez de poblarlo con la flor de la población trabajadora de Europa, se le puebla con la basura de la Europa atrasada o menos culta. Porque hay Europa y Europa, conviene no olvidarlo; y se puede estar dentro del texto liberal de la Constitución, que ordena fomentar la inmigración europea, sin dejar por eso de arruinar un país de Sud América con sólo poblarlo de inmigrados europeos.”[23]Ver Juan Bautista Alberdi (29 de agosto 1810, San Miguel de Tucumán. Argentina – 19 de junio 1884, Neully sur Seine. Francia).

…Creo, sin embargo, que las razas que más se aproximan a este desiderátum[24]Anota, después de una descripción que hace Miguel Jiménez López sobre los aspectos morfológicos, fisiológicos, psicológicos y etológicos del ideal de “raza” que debe inmigrar a nuestro … Continue reading son algunas de las que pueblan las regiones centrales de Europa, en las cuales se han mezclado y atemperado felizmente los caracteres de los pueblos meridionales y septentrionales del Viejo Continente. En Suiza, en Bélgica, en Holanda, en Baviera, en Wurtemberg, en el Tirol sería acertado buscar el personal de nuestra inmigración. Serían también elementos muy apropiados para nuestro suelo, por sus condiciones fisiológicas y morales, los vascos, los irlandeses y los bretones, y quizá también los habitantes de los países escandinavos[25]Ver a Miguel Jiménez López. (24 julio 1875, Paipa – 22 agosto 1955, Bogotá).

La Colonia de El Jagual hacia 1938 había adquirido 30 tractores y era un importante núcleo de la producción agrícola en el suroeste del país. Fotografía tomada de Chegoyo

La mezcla del indígena de la Cordillera Oriental con ese elemento africano y aun con los mulatos que de él deriven, sería un error fatal para el espíritu y la riqueza del país: se sumarían, en lugar de eliminarse, los vicios y defectos de las dos razas, y tendríamos un zambo astuto e indolente, ambicioso y sensual, hipócrita y vanidoso a la vez, amén de ignorante y enfermizo. Esta mezcla de sangres empobrecidas y de culturas inferiores determina productos inadaptables, perturbados, nerviosos, débiles mentales, viciados de locura, de epilepsia, de delito, que llenan los asilos y las cárceles cuando se ponen en contacto con la civilización[26]Luis López de Mesa (12 octubre 1884, Donmatias – 7 agosto 1967, Medellín), p.12

El mestizo primario no constituye un elemento utilizable para la unidad política y económica de América; conserva demasiados los defectos indígenas; es falso, servil, abandonado y repugna todo esfuerzo y trabajo[27]Concepto de Laureano Gómez (20 febrero 1889, Bogotá – 13 julio 1965, Bogotá) citado por Eduardo Restrepo, p.53

El japonés […] es hipócrita, taimado, sin energías, sin iniciativas. Nunca lograría aclimatarse aquí. Tiene una mentalidad absolutamente diversa y hasta contraria a la nuestra, por la raza, por la religión, por las costumbres, débiles, enfermizos, plagados de taras, atávicas, hasta por el aspecto físico, hasta por la estética, debemos impedir esa onda migratoria. Mezclar nuestros indios o nuestros mestizos con japoneses, sería provocar un producto híbrido de consecuencias vitales desastrosas[28]“Entrevista al exconsul del Japón José Macía”, 21 de enero de 1929, El Espectador. Tomado de Abel Fernando Martínez Martin, p. 120 y ss.

Los terrenos de la Colonia El Jagual actualmente. Fotografía tomada de Chegoyo

Es indudable que estos conceptos permitirían una distorsión y una negación al favorecimiento de la llegada de inmigrantes a Colombia, para los japoneses que se establecieron en el país les fue muy duro el poder adaptarse y ser bien recibidos, solamente 222 japoneses se registraron llegados al país hasta 1942.[29]Consulta a María Angélica Gómez Matoma, p. 71 y los escritos de Inés San Miguel referenciados. Para Inés San Miguel, a Colombia llegaron tres tipos de inmigrantes japoneses al país:

Los pioneros que viajaron por cuenta propia y que en su mayoría no llegaron directamente desde Japón, los que viajaron por contrato con la compañía de emigración como parte de un programa agrícola y los que fueron llamados por parientes y amigos.[30]Inés san Miguel. 2006, p.88

La misma autora, reporta que entre 1929 y 1935, en Corinto, se establecieron 20 familias japonesas en la colonia agrícola El Jagual, donde su aporte al desarrollo económico y agrícola para el país ha sido muy valioso e importante[31]I. San Miguel, 1999, 2006 y 2014..

Regresando a nuestro jardinero el señor Tomohiro Kawaguchi, Inés San Miguel, escribe que continuó trabajando como jardinero en Bogotá y luego desempeñando el mismo oficio en casas veraniegas en el municipio del Ocaso (Cundinamarca) y allí muere, siendo enterrado en el cementerio del pueblo[32]Ibíd. Nota 30, p. 83. Citando una conversación personal que tuvo la autora con Alberto Escovar White..

La fuerza del talento, la perseverancia, la entrega y la contemplación, descubre en una flor el color, la vida y el aroma de todo un bosque… y así el trabajo es placentero y nunca termina”. Continuará…

Consultas y Referencias

-Juan Bautista Alberdi. (1879). Bases y punto de partida para la organización política de la República de Argentina -Páginas explicativas-. Paris. En: https://www.teseopress.com/basesypuntos/front-matter/paginas-explicativas-de-juan-b-alberdi

-José Roberto Bermúdez Urdaneta y Alberto Escovar Wilson-White. (2006). “Bogotá o la ciudad de la luz en tiempos del Centenario: las transformaciones urbanas y los augurios del progreso”. Revista Apuntes, vol 19, núm. 2. Pp. 184-199. Universidad Javeriana. Bogotá.

-Diego A. Buitrago. (2018). La Caracas escénica. Una calle bogotana para la sátira, la tragedia y la comedia. Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Artes. Bogotá

-Chegoyo. La Casa Virtual de José Alvárez-Cornett (12 enero, 2020). Caribe Nipponica. Parte II.  Caracas. En: https://chegoyo.com/proyecto-ves/caribe-nipponica-parte-ii/

-Hugo Alberto Delgadillo S. (2017). El Parque Centenario de Bogotá: Transformación Urbana, Itinerario y Significado. [Tesis maestría]. Universidad Nacional de Colombia –Facultad de Artes: Maestría en Historia y Teoría del Arte, la Arquitectura y la Ciudad- Bogotá.

-Hugo Alberto Delgadillo S. (2019). El Parque Centenario de Bogotá: Transformación Urbana, Itinerario y Significado. Alcaldía de Bogotá. Bogotá, Colombia.

– María Angélica Gómez Matoma. (2007). Primera Ola de Inmigrantes japoneses hacia Colombia 1922-1936. Monografía para grado de historiadora. Universidad de los Andes –Facultad de Ciencia Sociales Departamento de Historia- Bogotá.   

-Luis Fernando Gonzáles Escobar. (2011). Del Alarife al arquitecto. El saber hacer y el pensar la arquitectura en Colombia 1847-1936. Universidad Nacional de Colombia –Facultad de Ciencias Humanas y Económicas. Escuela de historia. Doctorado en Historia- Medellín.  Capítulo 3. Documento PDF

-José Fernando Hoyos Estrada. (2020). Crónicas e historias de extranjeros indeseados Inmigración, prejuicio y nación en Colombia. 1886-1930. [Tesis maestría]. Universidad Nacional de Colombia –Facultad de Ciencias Humanas. Departamento de Historia- Bogotá D.C.

-Miguel Jiménez López. (1920).  “Algunos signos de degeneración colectiva en Colombia y en los países similares”. Los problemas de la raza en Colombia. Selección: Simón Araújo y otros. Colección Memoria Viva del Bicentenario. 2011. Editorial Universidad del Rosario. 1ª. Edición. Bogotá.

-Luis López de Mesa. (1927). El factor étnico. Imprenta Nacional. Bogotá

-Abel Fernando Martínez Martin. (2017). “Trópico y raza. Miguel Jiménez López y la inmigración japonesa en Colombia, 1920-1929”. Historia y Sociedad. Universidad Nacional. Enero-junio 2017, pp. 103-138. En: http://dx.doi.org/10.15446/hys.n32.59366

-Hensel Mera. (s.f.). “Inmigración japonesa hacia Colombia: primeros pasos de una larga marcha” Sociedad y Economía. Universidad del Valle. En: https://sociedadyeconomia.univalle.edu.co/index.php/sociedad_y_economia/article/view/9476/13011#info

-Alfonso Nieto G. (enero-febrero 2023). “Hacia una protohistoria de la floricultura -8ª parte”. Revista Metroflor-agro Edición No.114, pp. 28-41. Bogotá 

-Alfonso Nieto G. (enero-febrero 2024). “Hacia una protohistoria de la floricultura en Colombia- 11ª parte”. Revista Metroflor-agro. Edición 120, pp. 32-37. Bogotá

-Daniel Ortega Ricaurte. (1967). Apuntes para la historia de Chapinero. Editorial Kelly. Bogotá.

-Germán Patiño. (1992). “El influjo de la María – Relato sobre la inmigración japonesa y el desarrollo del capitalismo en la agricultura del Valle del Cauca-”. Boletín Cultural y Bibliográfico. Biblioteca Luis Ángel Arango. Vol.29, núm. 29, pp.23-39. Bogotá

-Redacción El Tiempo. (junio 17, 2009). “Así fue la calle 67 con Séptima en el siglo pasado”. En: https://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-5462128

-Eduardo Restrepo. (2007). “Imágenes del “negro” y nociones de raza en Colombia a principios del siglo XX”. Revista Estudios Sociales. Universidad de los Andes. En: https://doi.org/10.7440/res27.2007.03

-Margarita María Roa Rojas. (junio 2017). La transformación del espacio doméstico y de los modos de vida en Bogotá 1945-1959: las casas de las firmas Herrera & Nieto Cano y Ricaurte Carrizosa & Prieto. Tesis de Doctorado en Teoría e Historia de la Arquitectura. Departamento de Teoría e Historia de la Arquitectura y Técnicas de comunicación. Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona. Universidad Politécnica de Cataluña. En: https://www.tdx.cat/handle/10803/461541

-Inés San Miguel. (Summer 1999). Japanese Immigration to Colombia: The Quest for Eldorado? A thesis submitted for the degree of Doctor of Philosophy. The University of Durham – Department of East Asian Studies-

-Inés San Miguel. (abril, 2006). “Japoneses en Colombia. Historia de Inmigración, sus descendientes en Japón”. Revista Estudios Sociales, Temas Varios. Editor: Universidad de los Andes.

-Inés San Miguel. (2014). En Pos de El Dorado. Inmigración japonesa en Colombia. Fondo de Cultura Económica. Bogotá.

Otras Consultas

-Alcaldía Mayor de Bogotá – Departamento Administrativo de Planeación Distrital. (2004). Recorriendo Chapinero. Diagnóstico físico y socioeconómico de las localidades de Bogotá D.C. Editorial EdiSion Ltda. Bogotá D.C.

-Carolina Castañeda Vargas. (2021). “La invención de la raza hispanoamericana y lo mestizo. Raza, antropología y nación en Colombia 1930-1940”. Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana. Vol.11, Nº 1, publicado 28 de junio 2021. En: https://journals.openedition.org/corpusarchivos/4658

-Karim León Vargas y Sandra Patricia Ramírez Pulido. (abril 2015). La Sociedad de Mejoras Públicas de Medellín: proyectos y gestiones en sus primeros 20 años, 1899-1919. (En elaboración para Memoria Empresarial –Universidad EAFIT). Medellín. En: https://memoriaempresarial.eafit.edu.co/wp-content/uploads/2015/04/Sociedad%20de%20Mejoras%20Publicas_1899-1919_2015.04.07.pdf

-Gonzalo Potocarrero. (2013). La utopía del blanqueamiento y la lucha por el mestizaje. CLACSO. Buenos Aires. Argentina

Alfonso Nieto G.

Bogotá, abril-mayo 2024

©Las imágenes, ilustraciones, gráficos y fotografías de coleccionistas particulares no se pueden reproducir sin previo permiso o autorización del coleccionista y siempre citando la fuente.

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Notas al pie

Notas al pie
1 Eslogan usado en la ciudad de Fukoka en Japón, para atraer a los emigrantes japoneses a Colombia, específicamente al Valle del Cauca en 1929, generado por el impacto de la lectura y traducción de la novela La María de Jorge Isaacs, hecha por el Sr. Yuko Takeshima. Ver: Inés San Miguel 2014, pp. 88 y Chegoyo.
2 Documento gráfico tomado del libro: Urna Centenaria, p.120
3 Consultar Alfonso Nieto G. enero-febrero 2023, p. 31-32
4 Inés San Miguel. 2014, p. 28
5 Inés San Miguel. 2006, p.83
6 Redacción El Tiempo
7 Daniel Ortega, p. 49
8 Ver nota 6
9 Igual nota 3, p.
10 Consultar a José Roberto Bermúdez Urdaneta y Alberto Escovar Wilson-White, también Luis F. Gonzáles Escobar, p. 607
11 Ibíd. Nota 4
12 Margarita María Roa Rojas, p. 357
13 Hugo Delgadillo, 2017, p. 141 y H. Delgadillo, 2019, p. 191 y 219.  Delgadillo (2017), reproduce la nota de una crónica de el periódico El Tiempo: “La inauguración del Parque del Centenario¨ -martes 20 de julio de 1926- donde el nombre y apellido de Tomohiro Kawaguchi, aparece mal escrito y presenta un error histórico al decir que Tomohiro fue el responsable de los jardines de la exposición de 1907, cuando éste aún no había llegado al país.
14 Ver Diego A. Buitrago, p.162
15 Igual, p. 15 y ver Alfonso Nieto G. Enero-febrero 2024, p.34
16 Diego A, Buitrago, p. 185
17 El Tiempo. Martes 8 de octubre, 1935.  “Manifestación ayer contra la inmigración japonesa”, tomado de María Angélica Gómez M. p.114, la manifestación fue hecha por los estudiantes de la Universidad Nacional, al enterarse de la posible llegada de inmigrantes japoneses al puerto de Buenaventura.
18 Inés San Miguel. 2006, p. 83
19 Consultar a José Fernando Hoyos
20 Ibíd. Nota 18, p.84
21 Igual
22 Ibíd., p. 84 y Abel Fernando Martínez Martin, p. 120
23 Ver Juan Bautista Alberdi (29 de agosto 1810, San Miguel de Tucumán. Argentina – 19 de junio 1884, Neully sur Seine. Francia).
24 Anota, después de una descripción que hace Miguel Jiménez López sobre los aspectos morfológicos, fisiológicos, psicológicos y etológicos del ideal de “raza” que debe inmigrar a nuestro país.
25 Ver a Miguel Jiménez López. (24 julio 1875, Paipa – 22 agosto 1955, Bogotá).
26 Luis López de Mesa (12 octubre 1884, Donmatias – 7 agosto 1967, Medellín), p.12
27 Concepto de Laureano Gómez (20 febrero 1889, Bogotá – 13 julio 1965, Bogotá) citado por Eduardo Restrepo, p.53
28 “Entrevista al exconsul del Japón José Macía”, 21 de enero de 1929, El Espectador. Tomado de Abel Fernando Martínez Martin, p. 120 y ss.
29 Consulta a María Angélica Gómez Matoma, p. 71 y los escritos de Inés San Miguel referenciados.
30 Inés san Miguel. 2006, p.88
31 I. San Miguel, 1999, 2006 y 2014.
32 Ibíd. Nota 30, p. 83. Citando una conversación personal que tuvo la autora con Alberto Escovar White.