Por: I.A. Alfonso Nieto G. ©
Un buen jardín requiere del 35% del presupuesto y del 60% del terreno de la casa
Jorge Ryôjo Hoshino
El árbol tolnahuacatl Ahuexotl el “Sauce de agua”. Detalle lámina 14 del Codex Mendoza [1] El ahuexotl silvestre mexicano o fresno mejicano –Fraxinus uhdei– está muy relacionado por sus características con el Urapán o Fraxinus chinensis. El detalle es el árbol que … Continue reading
En la entrega anterior, de esta 12ª parte de la Protohistoria de la floricultura en Colombia, se escribió sobre el importante aporte del jardinero japonés Jorge Ryôjo Hoshino en el desarrollo de la jardinería, el paisajismo, la arborización y la ornamentación vegetal de la ciudad, además de la enseñanza agrícola durante la década de 1930, así en 1933, siendo administrador de los parques, jardines y del vivero municipal, también se involucró en el arreglo de los jardines de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Nacional, como bien lo anota el Dr. Fidel Ochoa:
Arreglo del jardín.
Bajo la dirección del doctor Jorge Enrique Hoshino, experto jardinero, se ha venido arreglando en forma completa el jardín de la Escuela, obra que será completamente terminada en el curso de poco tiempo[2]Consultar a Fidel Ochoa, p. 716.”
Hoshino siguió vinculado en cargos públicos agrícolas, hasta 1941. Por efecto de la Guerra del Pacífico se inician una serie de calumnias, injurias y difamaciones sin pruebas reales donde se escuchan voces de destacados dirigentes de izquierda y antifascistas en el Senado de la República y que comprometen a la comunidad japonesa en Colombia acusando a residentes japoneses, de ser agentes encubiertos en la logística del Japón durante la guerra[3]Leer a Sesión del Senado del 22 de agosto de 1939. Intervención de Gerardo Molina en Testimonio de un Demócrata. Gerardo Molina, citado por José Ángel Hernández G. p.150, declaraciones y sospechas que en los años siguientes van a involucrar al gobierno, la Policía Nacional, la embajada de Estados Unidos y al FBI. Es así como surge el rumor, que el profesor Hoshino, “estaba trabajando en el desarrollo de una bomba.[4]Ver Inés San Miguel, Summer 1999, p. 200”. La campaña de “persecución de brujas” y desprestigio a extranjeros alemanes, italianos y japoneses, termina con deportaciones, incautación de bienes y el encarcelamiento de algunos de sus integrantes en el Hotel Sabaneta de Fusagasugá, donde 11 japoneses fueron detenidos a partir del 30 de mayo de 1944 y que finalmente fueron liberados el 6 de septiembre de 1945, tras la rendición de Japón el 2 de septiembre del mismo año[5]Sobre el mal llamado “campo de concentración o confinamiento” en el Hotel Sabaneta de Fusagasugá y la persecución a residentes alemanes, italianos y japoneses en Colombia, referirse a: Dora … Continue reading.
Inés San Miguel describe la dura situación que padecieron los extranjeros detenidos y muy especialmente los japoneses:
En resumen, para los japoneses que vivían en Colombia, el período de guerra trajo dolor, separación de sus familias y dificultades económicas. Era desagradable para ellos cuando iban de compras y la gente se negaba a venderles. Era ofensivo que en las calles de la región costera les gritaran ‘chino macaco fuma tabaco’ o en el interior del país ‘chino-a cochino-a’ (‘cerdo-a chino-a’). Esto afectó duramente a sus negocios cuando se cerraron las transacciones bancarias y los créditos.[7]Igual a nota 4, p.207”
y conllevó a que la comunidad japonesa se unificara, apoyara y formara asociaciones para mantener su unidad cultural y económica en un país extranjero, como bien lo afirma I. San Miguel.
Volviendo a nuestro jardinero japonés, el Sr. Jorge Ryōji Hoshino, durante la guerra vio afectadas y aminoradas sus actividades y se dedicó a confeccionar libros de orientación en técnicas agrícolas y posteriormente se vinculó a proyectos arquitectónicos con diseños paisajísticos y de jardines, en 1948 retorna a la academia “como jefe de la Sección Agrícola del Instituto de Ciencias de la Universidad Nacional[8]Ver Asociación Conmemorativa de Exposiciones Mundiales Del Japón, pp. 62-63“.
A partir del año de 1945, Jorge Enrique Hoshino, aparece con total notoriedad involucrado en el diseño de ambientes y jardines en casas particulares de gente pudiente y donde su aporte se expande en los nuevos conceptos arquitectónicos de la casa moderna. En 1946, en un artículo para la revista de arquitectura PROA No. 1,[9]La revista Proa -Urbanismo Arquitectura Diseño- fue fundada en agosto de 1946 por el arquitecto Carlos Martínez y es la primera publicación especializada en arquitectura, urbanismo y diseño en el … Continue reading describe las bases del diseño paisajístico del jardín, tanto interior como exterior y su importancia:
Para la construcción de un jardín de una quinta, es necesario disponer de un 35% sobre el costo de edificación y también creo que no se deban hacer jardines en pequeños lotes sino en el caso de que se proyecte la construcción de azoteas para tal fin, lo cual constituiría una novedad en Bogotá. Lo más deseable sería que en los lotes grandes para edificación de quintas, se dejará un 60% del terreno para la construcción del jardín. En todo caso es indispensable saber armonizar la fachada con el conjunto para hacer resaltar la elegancia y no vulgarizar la decoración. (…)
Existen ciertas condiciones, por demás lógicas pero que sólo pueden aplicar quienes, por su sensibilidad estética, han nacido para ello. (…)
A. 1. Distribución en el terreno, 2. Espacio para el jardín de flores, prados, bosques, huertos, lagos, kioscos, etc. 3. Combinación de setos u orladuras, 4. Vías del jardín, 5. Elección de las plantas según el clima, 6. Épocas de floración.
B. 1. Belleza armónica de estilo, 2. Belleza geométrica, 3. Belleza de colorido, 4. Belleza simbólica.
(…)
Tan pronto como una casa o quinta está construida, comienzan por sembrar plantas pequeñas; ¿en tal caso no sería más llamativo sembrar plantas o árboles grandes de 8 a 10 metros de altura? De este modo el jardín tendría la apariencia de haberse construido desde mucho tiempo atrás. El trasplante de árboles de gran tamaño es desconocido en Bogotá, pero la técnica no es difícil, sin embargo, es asunto delicado y de mano de obra costosa…”[10]Tomado de Margarita María Roa Rojas, p. 356 y ss.
Hacia mitades de los años 40´s, Bogotá comienza una fuerte transformación urbanística generada por el alto aumento de su población, y la necesidad de vivienda, además se suman criterios en torno a modernizar la ciudad para cambiarla, haciéndola más funcional. Se piensa en construir la Carrera 10ª, que inicialmente se llamó Avenida De Los Comuneros y finalmente se definió llamarle Avenida del Libertador, mediante Acuerdo 84 de 1945:
Artículo 19 El Alcalde procederá a ordenar la rectificación, ensanche y prolongación de la carrera 10ª, junto con las vías y obras complementarias que adelante se determinan, mediante la aplicación y cobro del impuesto de valorización, según las normas y reglas que se establecen en el presente Acuerdo. Tales obras se ejecutarán en la forma y oportunidad que disponga el Alcalde de la ciudad, con arreglo a las especificaciones que se determinan en este Acuerdo en relación con sus características, anchura, alineaciones y condiciones. La carrera 10ª, así ampliada, llevará el nombre de ‘Avenida del Libertador’[11]Registro Municipal. Año LXV, p. 600. Bogotá”.
Al respecto, escribe Leopoldo Páez Prieto:
Un hecho sintomático de este frenesí por la circulación rápida es el que las primeras propuestas de la comisión de obras para la Conferencia Panamericana sea la construcción de vías. En efecto, la intranquilidad de dirigentes y planificadores por tener algo que mostrar a los distinguidos visitantes, llevó a que el cabildo municipal, por medio del acuerdo número 2 de 1946 dispusiera la ampliación de 11 vías de tránsito urbano y la construcción de una gran avenida.[13]Consultar a Leopoldo Páez Prieto, p. 24 y además el “plan de obras para la Conferencia Panamericana” en el Registro Municipal, Año LXVII, p.499 y ss.”
Y se comenzó a ver con preocupación, ciertos sectores de la ciudad donde la crítica fue implacable, como lo relacionan Carlos Niño Murcia y Sandra Reina Mendoza, con relación a las plazas de mercado y sus alrededores con notas de prensa de la época:
La creciente congestión del tráfico se agrava aún más en el sector de la plaza de mercado Central, antes de La Concepción, razón por la cual la ciudad debe decidir si ‘continúa acomodándose a la ubicación absurda de la plaza de mercado y acepta por consiguiente todas las consecuencias desastrosas que la presencia de dicha plaza entraña para la ciudadanía, pues es en aquel lugar en donde parece que se han dado cita para agravarlo, todos los problemas (…) la delincuencia en todas sus manifestaciones, la falta absoluta de higiene, tanto en la misma plaza como en las asistencias y expendios de chicha, en la prostitución clandestina, con grave peligro para los campesinos incautos (…) o si, por el contrario, Bogotá quiere extirpar aquel centro de todos los males…’ (El Tiempo, 1946-7-22, p. 3). Al mismo tiempo, El Espectador habla de ‘eliminar semejante foco de infección […Ese] espectáculo pueblerino de suciedad, repugnante por todos los conceptos que a diario contemplamos en el corazón mismo de la urbe’, un deplorable espectáculo que, si no se corrige, será presenciado por los asistentes a la Conferencia Panamericana (El Espectador,1946-1-24, p. 2).[15]Carlos Niño Murcia y Sandra Reina Mendoza, pp. 68-69”
Así el “frenesí” para transformar y modernizar la ciudad y con acelerador a fondo, para construir la gran Avenida de las Américas debía ejecutarse con un presupuesto extraordinario destinado a la alcaldía en un período de diez meses, que iba del 21 de febrero hasta el 15 de diciembre de 1946[16]Ver: “Acuerdo 2 de 1946” en Registro Municipal, Año LXVI, p. 3-9.
Toda esta metamorfosis de la ciudad, que buscaba una ciudad impecable y que debía ser un ejemplo digno para estar a la altura de otras capitales con un alto contenido estético y moderno, conllevó a transformar el urbanismo y el paisajismo de una manera rápida, obligando en muchos casos a un desplazamiento forzado e ineludible de obreros y de las clases menos favorecidas del centro de la ciudad hacia nuevas zonas periféricas, todavía no adecuadas para vivir y además en el afán de poner “bonita” a la ciudad, se tomaron medidas impopulares sin planificación alguna, donde claramente se despreciaba la forma de vida de algunos sectores sociales dentro de la capital, como se refleja en la siguiente cita:
La de prohibir terminantemente la mendicidad y la vagancia y reglamentar los vendedores ambulantes de loterías, los limpiabotas etc., medidas que se añadían a la demolición de ranchos que falte por adquirir en el paseo Bolívar. Estas disposiciones no fueron acompañadas de ningún tipo de solución para las personas afectadas y además recrudecieron las campañas contra los vendedores ambulantes, que eran “recogidos” de los espacios públicos[18]Cita de Ana María Carreira y su libro: La conquista del espacio público en Bogotá (1945-1955), tomada de Marlon Santiago Herrera F. pp. 64”
generándose, un alto inconformismo. Al respecto el secretario del Concejo de Bogotá, en agosto de 1947, consignó:
El Concejo
espera del señor Alcalde se sirva gestionar con los miembros de la Comisión Organizadora de la IX Conferencia Panamericana la destinación de un millón de pesos para la construcción de un barrio obrero que dé alojamiento en Bogotá al sinnúmero de familias que con motivo de las obras de embellecimiento han quedado a la intemperie”[19]Leer: “Sesión día 1º de agosto de 1947” en Registro Municipal, Año LXVII, p.90. Negrillas mías.
También muchas propiedades que debían ser demolidas, al no llegarse a un acuerdo comercial con sus propietarios tuvieron que ser expropiadas, así la IX Conferencia Panamericana tuvo una aceptación mediocre y de rechazo en un amplio núcleo popular cuya queja fue recogida por el líder político Jorge Eliécer Gaitán quien en su fuero se comprometió a defender los intereses de los inconformes y desplazados. Al respecto Micah Oelze PhD, profesor de historia en la Universidad Adelphi en New York y especialista en historia latinoamericana, en su importante, valiosa y novedosa investigación: “Demolishing Legitimacy: Bogotá’s Urban Reforms for the 1948 Pan-American Conference”, escribe:
“… Las élites vieron la conferencia como una oportunidad sin precedentes, de develar una Colombia moderna, atractiva para los inversionistas extranjeros y capaz de coordinar la cooperación política entre las naciones americanas. Los políticos y líderes económicos ahorraron pocos gastos para hacer brillar a Bogotá, pero obligaron que las clases media y trabajadora de la ciudad pagará la factura. Para cubrir las reformas, la ciudad emitió bonos, aumentó los impuestos a la vivienda y aplicó evaluaciones especiales a los impuestos. Residentes de barrios populares del centro de la ciudad, tuvieron que pagar el precio adicional del desplazamiento físico como resultado de una extensa demolición. Las reformas agresivas e invasivas, hicieron creer a los residentes que el gobierno y sus líderes habían desechado sus políticas de compromiso, reciprocidad y respeto a la propiedad privada. Para ser claros, los disturbios, tras el asesinato de Gaitán surgieron como una culminación de múltiples fuentes de tensión política[20]Consultar a Micah Oelze, p. 86”
y concluye:
“En Bogotá, los marginados respondieron con reuniones, denuncias y actos aislados de violencia. Más importante aún, Gaitán se presentó como representante de los desposeídos y les proporcionó un canal político para la disidencia. Pero cuando los marginados perdieron a su defensor urbano, perdieron también su voz política y salieron a las calles[21]Ibíd., p.112”.
Tras el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán, ocurrido el 9 de abril de 1948 y en plena conferencia Panamericana, las masas inconformes generaron protestas amorfas incontrolables como un proceso de reivindicación por la pérdida de sus espacios urbanos comunes y por supuesto la de su líder, donde hubo destrucción de edificaciones y saqueos, este fenómeno sociopolítico es conocido como El Bogotazo y después de este evento, la ciudad de Bogotá no volvió a ser la misma y entró de lleno a la modernidad, con el faltante fundamental de la inclusión de las necesidades de las clases menos favorecidas en su desarrollo y con el 9 de abril se da inicio a la confirmación del período de La Violencia en Colombia[22]Este período venía iniciado desde 1946, cuando al cambio del gobierno liberal con la llegada del partido conservador al poder, muchos de los adelantos logrados a nivel laboral y de tenencia de la … Continue reading.
Para la conferencia Panamericana, al profesor Hoshino, se le encargó en 1947 el programa de arborización de la ciudad para las ampliaciones y nuevas avenidas, es ahí cuando Ryôjo Hoshino, viendo que no tenía mucho tiempo para la adecuación que se le pedía, pensó en sembrar el Urapán –Fraxinus chinensis-, árbol de rápido crecimiento, de porte alto y de buena adaptación ambiental, que se hizo muy común y presente en casi todos los parques y avenidas de la ciudad por cerca de 50 años. Para la década de 1970, el 70% de la población de árboles en Bogotá, estaba conformada de urapanes[23]Germán Ferro Medina y otros, p. 139 y su población se mantuvo hasta que la plaga Tropidosteptes chapingoensis -el chinche del fresno-, lo afectó sanitariamente en los años 90´s y además se le comenzó a considerar una especie intrusiva por parte de urbanistas y del gobierno de la ciudad, por lo que muchos urapanes fueron talados y erradicados. Finalmente, de las numerosas plantas de Urapán, con las que gozó la ciudad sobrevivían 41163 árboles de esta especie representando el 3,5% de la población de los árboles de la ciudad, según el Sistema de Información para la Gestión del Arbolado Urbano (SIGAU) para el año 2019[24]Consulta: Alcaldía Mayor de Bogotá –varias dependencias- y Gilberto Emilio Mahecha Vega, quien señala que según Censo del Arbolado Urbano de Bogotá realizado entre el 2005-2007, se reportaron … Continue reading, dispersos en parques y en algunas avenidas que van desde el sur hasta el norte de la ciudad. También de forma esporádica se les ve en algunas haciendas, parques y parajes en la Sabana de Bogotá y en diversas zonas geográficas y ciudades del país.
Fotografías del chinche del urapán: Tropidosteptes chapingoensis, plaga introducida en 1994. Recuperadas de Paola Olaya Arena, Juliana Durán Prieto, Olga P. Pinzón Florián y Nicolás S. Becerra Guerrero (imagen izquierda, estado adulto) y Juan Carlos Caicedo (imagen derecha, estados inmaduros)[25]Ver a Paola Olaya Arena, Juliana Durán Prieto, Olga P. Pinzón Florián y Nicolás S. Becerra Guerrero, p. 46 y Juan Carlos Caicedo.
Según el padre Enrique Pérez Arbeláez, no solamente se introdujeron fresnos de la especie F. chinensis en Bogotá:
“Se introdujeron al Distrito Capital ejemplares de la variedad chino-japonesa (Fraxinus chinensis). Aunque al decir del sacerdote y botánico colombiano Enrique Pérez Arbeláez, por la misma época pudieron ingresar plántulas de al menos otras dos variedades de origen europeo: Fraxinus excelsior y Fraxinus longicuspis, muy similares a la primera[26]Referirse a Alfredo Gutiérrez Borrero y Alejandra Merchán Peña, p.25 ”.
Sin desconocer lo que se describió en la nota 1, de la anterior entrega en relación al Fraxinus uhdei de origen centroamericano y su alto parecido taxonómico con el Fraxinus chinensis.[27]Alfonso Nieto G., julio-agosto, 2024 p. 57
No se sabe, si para el momento en que Hoshino decide propagar y sembrar el urapán, ya estaba introducida esta especie en Bogotá y al respecto se han dado muchas especulaciones sin verificación histórica y taxonómica, que afirman que la especie sembrada para los años 40´s del siglo pasado fue Fraxinus uhdei, conocida en México como ahuexotl y cuyo origen es mejicano y guatemalteco. Lo cierto es que el profesor Jorge R.H, conocía del crecimiento rápido del urapán, ya que algunos autores dicen que solamente tuvo 6 meses para embellecer y reverdecer el paisaje de Bogotá, igualmente se han dado confusiones en torno al “introductor” de la especie, afirmando que fue su hijo Jorge Enrique Hoshino Toledo el encargado de la arborización para la IX Conferencia Panamericana, caso improbable, ya que éste aparece como arquitecto en los años 1960´s.
Ciertamente los Fraxinus sp. llegan con Jorge Ryôjo Hoshino y teniendo en cuenta su rápido crecimiento es muy improbable que la especie se encontrara en la ciudad y sus cercanías antes de las mitades de los años 40´s del siglo pasado, ya que se hubiese tenido en cuenta para los programas de reforestación y el embellecimiento de avenidas y parques de la ciudad. Además, en las plantas reportadas por especie, el urapán o fresno no aparece en las tablas de “vegetación utilizada en los parques y jardines públicos de Bogotá” hasta 1938 en los importantes trabajos de Claudia Cendales[28]Consultar Claudia Cendales obras citadas.. Lo más seguro es que Jorge R. Hoshino importó la semilla para cumplir el compromiso establecido con el programa de paisajismo con la alcaldía de Bogotá en 1947.
Algo que también llama la atención, es el significado de la palabra urapán, cuyo origen es incierto, sin embargo, algunos lo asocian con la población Uruapan del Progreso ubicada en Michoacán (México), que significa “lugar que siempre florece” o “lugar donde los árboles siempre tienen frutos” y es palabra purépecha –una lengua aislada mesoamericana y hablada en Michoacán-. En el Diccionario de la lengua española, aparece la palabra urape de uso en Venezuela, y significa: “arbusto leguminoso, con tallo espinoso y flores blancas de cinco pétalos, que se cultiva con fines ornamentales”. Al parecer, la palabra urapán es propia de Colombia y define a un árbol ornamental de rápido crecimiento y de gran altura muy común en Bogotá [29]Véase Wikipedia, Diccionario de la lengua española y Adriana Carreño.
Los urapanes en Bogotá son de los árboles con mayor talla (diámetro, altura, copa y peso) y edad (es una especie longeva que pueden vivir más de cien años) y por supuesto los que más dióxido de carbono secuestran, teniendo en cuenta la información del SIGAU[30]Alcaldía Mayor de Bogotá, Secretaria Distrital de Ambiente, Secretaría Distrital de Planeación y Jardín Botánico José Celestino Mutis. pp. 31y anexo 5, pp.146, los Fraxinus que habitan Bogotá, oscilan en DAPs (Diámetro a Altura del Pecho) de 30 a 60 cm y con alturas que van desde 10,8 a 18,2 m y con una población para el 2019 de 41163 árboles, almacenan más de cinco mil toneladas anuales de CO2 y con edad promedio de 40 años han acumulado cerca de 250 mil toneladas de CO2[31]Los datos suministrados en la nota anterior, permiten interpolar información en torno a las características en talla y volumen de los urapanes en las diferentes zonas verdes de la ciudad, así la … Continue reading.
El urapán cumple un papel ecosistémico al ser huéspedes de diversas especies animales y generar importantes nichos biológicos, a pesar de ser una especie introducida. El urapán tiene propiedades medicinales, en restauración de suelos, artesanales, madereras y ornamentales,[32]Alcaldía Mayor de Bogotá, Secretaria Distrital de Ambiente, Secretaría Distrital de Planeación y Jardín Botánico José Celestino Mutis. pp. 52-54; Kelly Alejandra Saavedra R. pp. 52; John K. … Continue reading y es un valioso referente sociocultural en la ciudad.
Para el año de 1952 Hoshino es contratado para arborizar la glorieta reguladora del tránsito entre las calles 24 y 25 con carrera Décima[33]Ver a Carlos Niño Murcia y Sandra Reina Mendoza, p.106
El profesor Hoshino, se asocia como asesor con la importante firma de arquitectos Obregón & Valenzuela arquitectos[34]“En 1944 los arquitectos José María Obregón Rocha y Pablo de Valenzuela y Vega, formados en el Department of Architecture – The Catholic University of America, fundaron la firma Obregón … Continue reading, con los que proyecta y realiza sobresalientes diseños de jardines en Bogotá y en varias ciudades del país, su influencia es notoria por su alta carga estética, simple, ordenada y profunda, donde paisaje, ambiente y diseño hacen una unidad digna para la contemplación y el placer. Al respecto, Isabel Llanos y otros, escriben refiriéndose a la Casa Obregón, ubicada en el barrio La Cabrera:
(…) Una vez afuera, el jardín se presenta en plena armonía, como si hubiese estado siempre allí. La exuberante recreación del paisaje (Ábalos, 2008), concebida por OV en compañía de Hoshino -jardinero de origen japonés-, compensa la abstracta compacidad de las formas que definen el pabellón. El suelo se moldea de tal forma que el jardín se eleva proyectándose por encima del lindero posterior del predio, hasta alcanzar los árboles dispuestos en la ronda de la quebrada. Así consiguen, nuevamente, desvanecer los límites: ahora parcela y ciudad están vinculadas y el pabellón urbano se realiza[36] Consulta: Isabel Llanos Chaparro, Edison Henao Carvajal y Daniel Bárcenas Duque”
La vinculación de Jorge R. Hoshino, como asesor y diseñador de jardines para Obregón & Valenzuela, se consolida en la década de 1950:
Durante las décadas de 1950 y 1960 se incorporaron al taller de trabajo el arquitecto Hernando Tapia Azuero, los estudiantes de arquitectura Manuel Forero Delgadillo y Edgar Bueno Tafur, el constructor Vicente Hernández Ramírez y el dibujante “flaco Medina”; adicionalmente contaron con la asesoría externa de los ingenieros Guillermo González Zuleta y Doménico Parma, el jardinero Jorge Ryôjo Hoshino y la colaboración eventual de los dibujantes como Jorge Toscano Canal y Mario Ricaurte.
Con este equipo de profesionales OV realizaron interventorías, asesorías y estudios urbanos, de igual manera, participaron en múltiples concursos y ejecutaron obras privadas y públicas, bien sea de manera particular o asociados con firmas como Pizano-Pradilla-Caro, Cuellar-Serrano-Gómez y Ricaurte-Carrizosa-Prieto en Bogotá, Vélez-Villegas en Manizales, con el arquitecto Gabriel Solano en Ibagué y el ingeniero Alfonso Mejía Navarro en Barranquilla y Cartagena[38]Ver Universidad Nacional, obra citada -negrillas mías- e Isabel Llanos Chaparro, 2015, p.99.”
Hoshino, además influyó poderosamente en el arquitecto Rafael Obregón González al enseñarle y trasmitirle conceptos de la jardinería japonesa:
“…es en las casas en donde realmente funda, de manera consistente, lo que posteriormente sería una escuela de interiorismo, coherente con su arquitectura. Esta actividad complementaria consistió, principalmente, en la concepción integral de patios, jardines y zonas sociales, en su arquitectura doméstica, lo cual fue posible, entre otras cosas, por el trabajo del jardinero japonés, Jorge Ryôjo Hoshino, quien, inicialmente, enseña a Rafael Obregón González los arquetipos del jardín japonés y colabora en los diseños de estos; posteriormente se convierte en el asesor paisajístico permanente de la Firma[39]Ibíd. p.147.”
Jorge Enrique Hoshino se casó con Isabel Toledo y su hijo Jorge Hoshino Toledo, arquitecto de profesión, creó la compañía Aldea y Hoshino T. Ltda., y que luego se llamó Aldea Hoshino y Cía. elaborando diversos proyectos arquitectónicos y donde contó con la asesoría de su padre a partir de los años 60´s del siglo pasado.
Jorge Ryôjo Hoshino, uno de los jardineros japoneses, como hemos visto, marcó un estilo innovador propio e inconfundible, cargado de una profunda estética en la creación de jardines y paisajes integrados a la urbe y que trasciende con su estilo por más de cuatro décadas, conformando gran parte los “ambientes naturales urbanos” de la ciudad de Bogotá y de otras ciudades en el país. Es importante, tener en cuenta, además su aporte en la enseñanza agrícola, florícola y paisajística que amerita un estudio formal y profundo, al respecto.
“… árboles, jardines, plantas: testigos mudos de cambios y revueltas, donde siempre están presentes a pesar de la violencia, vistosas flores agradando con sus formas, colores y aromas como un arcoíris, llenándolo todo de esperanza para un mejor mañana…”
Continuará…
Consultas y Referencias
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Alfonso Nieto G.
Bogotá, agosto-octubre 2024
©Las imágenes, ilustraciones, gráficos y fotografías de coleccionistas particulares no se pueden reproducir sin previo permiso o autorización del coleccionista y siempre citando la fuente.
______________© COPYRIGHT Prohibida la reproducción parcial o total de presente escrito sin previa autorización de su autor. Alfonso Nieto G. alfonsonietog.asesorias@gmail.com – janietogo@unal.edu.co
Notas al pie
↑1 | El ahuexotl silvestre mexicano o fresno mejicano –Fraxinus uhdei– está muy relacionado por sus características con el Urapán o Fraxinus chinensis. El detalle es el árbol que forma parte de la lámina 14 del Codex Mendoza que acompaña al señor Ahuéxoloti (Aguaexotl) jefe y primer gobernante de Tenochititlan. Ver: Bodleian Library MS Fol. 2r. image 14 of 188 |
---|---|
↑2 | Consultar a Fidel Ochoa, p. 716 |
↑3 | Leer a Sesión del Senado del 22 de agosto de 1939. Intervención de Gerardo Molina en Testimonio de un Demócrata. Gerardo Molina, citado por José Ángel Hernández G. p.150 |
↑4 | Ver Inés San Miguel, Summer 1999, p. 200 |
↑5 | Sobre el mal llamado “campo de concentración o confinamiento” en el Hotel Sabaneta de Fusagasugá y la persecución a residentes alemanes, italianos y japoneses en Colombia, referirse a: Dora Nuris Benítez Molina; Lorena Cardona Gonzáles; Silvia Galvis & Alberto Donadio y ver, además, Alfonso Nieto G., julio-agosto, 2023 p. 40 |
↑6 | Los detenidos fueron: “Primera fila, sentados, de izquierda a derecha: Andrés Susumu Horai; Koichi Tamura, Escipión Isoji Kuratomi, Iwao Takaoki. Segunda fila, de pie: Hajime Morimitsu; Yuzo Takeshima, Shiro Kuramoto, Shigeki Tatekawa, Toshic Doku. -Última fila: Francisco Kiichi Kondo, Jorge Yasujiro Kato”. Obra citada. |
↑7 | Igual a nota 4, p.207 |
↑8 | Ver Asociación Conmemorativa de Exposiciones Mundiales Del Japón, pp. 62-63 |
↑9 | La revista Proa -Urbanismo Arquitectura Diseño- fue fundada en agosto de 1946 por el arquitecto Carlos Martínez y es la primera publicación especializada en arquitectura, urbanismo y diseño en el país. En la revista No. 1 de agosto de 1946, pp.38-40, Enrique R. Hoshino participó con su artículo “Un buen jardín requiere del 35% del presupuesto de la casa”. |
↑10 | Tomado de Margarita María Roa Rojas, p. 356 y ss. |
↑11 | Registro Municipal. Año LXV, p. 600. Bogotá |
↑12 | Registro Municipal. Año LXVII, entre página 296 y 297) Igualmente, Bogotá recibe grandes cambios, con motivo de la IX Conferencia Panamericana ((Del 30 de marzo al 2 de mayo de 1948, se realizó en Bogotá la IX Conferencia Panamericana donde asistieron delegaciones de 21 países que conformaban la Unión panamericana, este encuentro originó la Organización de Estados Americanos –OEA-. La Conferencia estaba proyectado para 1943, pero a causa de la Segunda Guerra Mundial, se decidió hacerla en diciembre de 1946 y por varias peticiones del gobierno colombiano, finalmente se definió su realización para las fechas ya anotadas. |
↑13 | Consultar a Leopoldo Páez Prieto, p. 24 y además el “plan de obras para la Conferencia Panamericana” en el Registro Municipal, Año LXVII, p.499 y ss. |
↑14 | Construida en 1848 y se remodeló y amplió entre los años 1925-1927, finalmente fue demolida para la ampliación a la carrera décima en el año de 1953. Instituto Distrital de Patrimonio Cultural. |
↑15 | Carlos Niño Murcia y Sandra Reina Mendoza, pp. 68-69 |
↑16 | Ver: “Acuerdo 2 de 1946” en Registro Municipal, Año LXVI, p. 3-9 |
↑17 | Consultar Arturo Abella Rodríguez |
↑18 | Cita de Ana María Carreira y su libro: La conquista del espacio público en Bogotá (1945-1955), tomada de Marlon Santiago Herrera F. pp. 64 |
↑19 | Leer: “Sesión día 1º de agosto de 1947” en Registro Municipal, Año LXVII, p.90. Negrillas mías |
↑20 | Consultar a Micah Oelze, p. 86 |
↑21 | Ibíd., p.112 |
↑22 | Este período venía iniciado desde 1946, cuando al cambio del gobierno liberal con la llegada del partido conservador al poder, muchos de los adelantos logrados a nivel laboral y de tenencia de la tierra en las zonas rurales, retroceden afirmando las luchas campesinas, que con el Bogotazo se consolidan tanto en las zonas rurales como también, en zonas urbanas. |
↑23 | Germán Ferro Medina y otros, p. 139 |
↑24 | Consulta: Alcaldía Mayor de Bogotá –varias dependencias- y Gilberto Emilio Mahecha Vega, quien señala que según Censo del Arbolado Urbano de Bogotá realizado entre el 2005-2007, se reportaron 41055 árboles de urapán que representaban el 3,68% de la población de árboles en la ciudad. |
↑25 | Ver a Paola Olaya Arena, Juliana Durán Prieto, Olga P. Pinzón Florián y Nicolás S. Becerra Guerrero, p. 46 y Juan Carlos Caicedo. |
↑26 | Referirse a Alfredo Gutiérrez Borrero y Alejandra Merchán Peña, p.25 |
↑27 | Alfonso Nieto G., julio-agosto, 2024 p. 57 |
↑28 | Consultar Claudia Cendales obras citadas. |
↑29 | Véase Wikipedia, Diccionario de la lengua española y Adriana Carreño |
↑30 | Alcaldía Mayor de Bogotá, Secretaria Distrital de Ambiente, Secretaría Distrital de Planeación y Jardín Botánico José Celestino Mutis. pp. 31y anexo 5, pp.146 |
↑31 | Los datos suministrados en la nota anterior, permiten interpolar información en torno a las características en talla y volumen de los urapanes en las diferentes zonas verdes de la ciudad, así la población de la especie la conforman: 4872 árboles con DAP de 30-35 cm y 10.8 m de altura, 22049 árboles con DAP de 35 a 60 cm y 13,3 m de altura y 14242 árboles con DAP de 60 cm o más y altura de 18,2 m o más. Para los cálculos de secuestro de CO2, referirse a: Gregorio Montero, Ricardo Ruíz y Marta Muñoz; Ricardo O. Russo; Ángela Patricia Duque; Bas Fransen y Andrés Felipe Martínez Cataño. |
↑32 | Alcaldía Mayor de Bogotá, Secretaria Distrital de Ambiente, Secretaría Distrital de Planeación y Jardín Botánico José Celestino Mutis. pp. 52-54; Kelly Alejandra Saavedra R. pp. 52; John K. Francis, pp. 229; Sandra M. Durán y Gustavo Kattan; Karen Sayuri Vanegas Casas y Katherine Martínez Sánchez y NaturalistaCO. |
↑33 | Ver a Carlos Niño Murcia y Sandra Reina Mendoza, p.106 |
↑34 | “En 1944 los arquitectos José María Obregón Rocha y Pablo de Valenzuela y Vega, formados en el Department of Architecture – The Catholic University of America, fundaron la firma Obregón & Valenzuela arquitectos. Un par de años más tarde se asociaron con su compañero de estudios y ahora arquitecto Rafael Obregón González del Corral, con quien posteriormente constituyen la firma Obregón, Valenzuela & Cía. Ltda. Arquitectos-Ingenieros (1952)”, véase: Universidad Nacional.
La firma Obregón y Valenzuela, orientó la arquitectura moderna en Bogotá y Colombia desde la segunda mitad de los años 40´s hasta finales de los años 70´s y su influencia es de alta envergadura en muchas construcciones que parten de casas particulares, hasta reconocidos edificios y clubes sociales. Por desgracia su trabajo es poco reconocido en el país y es en el extranjero donde se ha venido estudiando y difundiendo en las facultades de arquitectura y diseño. En los últimos años, gracias al esfuerzo investigativo de los doctores Isabel Llanos Chaparro, Edison Henao Carvajal y Daniel Bárcenas Duque, vinculados a la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad Nacional –Sede Manizales, se ha logrado una aproximación al conocimiento de la extensa y monumental obra de la firma Obregón & Valenzuela, tan influyente en el desarrollo arquitectónico y paisajístico en Colombia. |
↑35 | Ver Isabel Llanos Chaparro, 2015 y OfHouses is a collection of Old Forgotten Houses. |
↑36 | Consulta: Isabel Llanos Chaparro, Edison Henao Carvajal y Daniel Bárcenas Duque |
↑37 | Consultar Isabel Llanos Chaparro, 2015, p.148 |
↑38 | Ver Universidad Nacional, obra citada -negrillas mías- e Isabel Llanos Chaparro, 2015, p.99 |
↑39 | Ibíd. p.147 |