Por: Charikleia Vovou
Periodista
Universidad de Chipre
El día de San Valentín dimos una vuelta por la ciudad de Nicosia, observando flores de múltiples colores y aromas, todas listas para regalar a las personas que se han ganado nuestro corazón.
En la fiesta de los enamorados las variedades de flores son de diferentes tipos. Vemos rosas, claveles, orquídeas… combinaciones de distintas flores en bouquets, arreglos florales y materas.
Les preguntamos a los dueños de los almacenes cuál es la flor favorita de los enamorados y he aquí lo que nos respondieron: “el clavel”. El color rojo, del fuego y de la pasión, simboliza también la necesidad intensa de vivir la vida, compartir momentos y disfrutar el amor.
Una flor puede ser el regalo ideal para aquellos a quienes amamos. La flor, al nacer y crecer con el más especial de los cuidados que en ello ponen las personas que cultivan el suelo para que se desarrolle y florezca llena de salud, brillo y elegancia, nos recuerda también la forma con que debemos cuidar nosotros a quienes queremos.
Es la esencia que transmite, el color que alumbra nuestra casa, y lo que comunica el mensaje de que alguien nos pensó y quiso hacer del nuestro un hermoso día. Una flor no es solo un regalo, es un sentimiento que pueden comprender todas las personas, independientemente de su origen, clase social, sexo, edad, religión y raza. Una flor activa todos nuestros sentidos y nos recuerda que el amor no tiene fronteras.