Por: Juan Gonzalo Vélez
Asesor Agro
La mayor parte de la tecnología agroquímica se aplica en aspersión a la superficie foliar apuntando a asegurar la máxima cobertura y retención del activo aplicado. Para resolver situaciones puntuales que afectan la eficacia de la aspersión, se agregan aditivos de diferente química (alcoholes, aceites, azúcares, ácidos orgánicos e inorgánicos) y función (hipotensores, adherentes, anti-deriva, correctores de agua).
Hace ya 25 años salió al mercado la última gran innovación en aditivos: los hipotensores organosiliconados. Se trata de productos de alta eficacia que ayudaron a resolver serios problemas de cobertura; después de esto poco avance se ha dado en innovaciones químicas, y menos aún se ha avanzado en los conceptos técnicos tras ellos. Solo es cuestión de revisar que independientemente de composición química, antigüedad en mercado o función, casi todos los aditivos se enfocan en alterar las características fisicoquímicas del agua para mejorar cobertura, adhesión o protección del activo, situación que es mucho más evidente cuando se pretende afectar la interacción liquido-superficie foliar, eje central de esta actividad.
La agricultura no es la única actividad humana que debe asegurar máxima cobertura, homogeneidad y permanencia de los materiales aplicados sobre las superficies tratadas para ser exitosa. La pintura automotriz y el recubrimiento de componentes electrónicos también enfrenta este desafío y, de hecho, con un nivel de exigencia más elevado. En estas industrias, aunque se consideran variables del líquido asperjado, su enfoque se dirige a producir cambios electroquímicos y de micro relieve en superficie aplicada, mejorando así la interacción liquido-superficie; un automóvil de lujo es un buen ejemplo de cobertura de altísima calidad.
En línea con su filosofía de innovación, Bioflora introduce al mercado la tecnología PCR, con su primer diseño y marca: Marvasafe PCR, una tecnología pionera en el área agrícola diseñada para alterar la electroquímica y micro relieve de la superficie a tratar. Aunque tiene algunas interacciones con el agua de aspersión, estas son colaterales, marcando dos hitos en el mercado agrícola colombiano: ser el primer gran cambio en química de aditivos en 25 años e introducir una evolución en el concepto del manejo de la interacción gota de aspersión-superficie aplicada.
La tecnología se basa en un copolímero reticular de ácido acrílico que, por configuración electroquímica y composición, presenta una plétora de posibilidades de uso en agricultura, medicina, biología, industria y manejo ambiental, entre muchos otros.
Las consecuencias directas del uso de Marvasafe PCR como aditivo simple en aspersiones agrícolas incluyen:
- Mejora la cobertura al incrementar la dispersión y humectación del caldo, similar a lo que hacen los hipotensores, pero a diferencia de estos, que disminuyen la fuerza de cohesión molecular del agua para permitir que las fuerzas de gravedad y presión atmosférica deformen la gota hasta lograr que cubra un área mayor a la original, Marvasafe PCR crea puentes de hidrogeno con cada molécula de agua disponible. Cuando una es retenida, la siguiente molécula reacciona con el siguiente grupo carboxilo desprotonado en una reacción en cadena que solo termina cuando se acabe el agua o los grupos funcionales en el entramado del polímero. Si consideramos que por cada dos átomos de carbono en las cadenas del polímero hay un grupo carboxilo, el potencial de extensión es impresionante.
- Mejora la retención, protección y penetración de cationes debido a la captura por puentes de hidrogeno de los grupos carboxilo. Si se tiene en cuenta su actividad ácido-base, puede incluso capturar aniones, y dado que estas cargas se distribuyen por todo el entramado polimérico tridimensional hasta más allá de la cutícula, crean un espacio para que los activos aplicados se puedan fijar y encontrar protección al ambiente y una ruta hasta el interior de los tejidos vegetales.
- Permite corregir la dureza del agua de aspersión al remover iones de calcio y magnesio, por su capacidad de intercambio de cationes.
- Por su comportamiento tixotrópico (mayor presión, menor viscosidad), mejora el flujo de líquidos, por lo que a la salida de las boquillas tiende a la formación de nube más que de microgotas, favoreciendo la cobertura y eliminando perdidas por rebote, fragmentación o escurrimiento.
- Uno de los puntos más interesantes en este desarrollo es que, al anclarse el polímero en la superficie foliar, forma una película continua sobre esta (concepto de segunda piel), y sus efectos permanecerán hasta que se degrade: tendríamos entonces el primer aditivo con memoria en el mercado.
Además de estos efectos directos sobre la interacción liquido-superficie, la tecnología PCR presenta una serie de efectos metabólicos y funcionales que permiten el desarrollo de muchos usos agrícolas adicionales, herramientas en las cuales Bioflora está inmersa en su desarrollo: cicatrizante externo e interno, inhibidor de formación de biofilms, señalización en plantas, liberación controlada, mejorador de mezclas, anti-incrustante en tuberías de riego, e incluso remoción de metales pesados en suelo y plantas, desarrollos que se irán entregando al mercado en un mediano plazo.
Es mucho lo que hay que hablar sobre Marvasafe PCR y su tecnología base. Estamos ingresando en un mundo nuevo, por eso si deseas más información no dudes en comunicarte con nuestro departamento técnico, para acceder a información, demostraciones e implementación de la tecnología del futuro que está disponible hoy.