Por: Fdo. Alfonso Martínez Sánchez-Sicilia
Presidente Ejecutivo de CEBE 
(Centro de Estudios de Bioseguridad) 
Sucursal Colombia

De acuerdo con la Sociedad Internacional de Ciencias Hortícolas (ISHS), la horticultura incluye a la floricultura (producción de flores de corte y ornamentales), la oleicultura, la fruticultura, y el cultivo de especies aromáticas o medicinales.

Tratamiento del agua del lavado del banano para mejorar su vida útil.

Como ya hemos tratado de definir en artículos anteriores, pero quisiéramos insistir sobre ello, la Bioseguridad es un concepto global que CEBE aplica a la horticultura en todas sus fases, desde la semilla hasta que las hortalizas y las frutas están en la mesa, así como al comportamiento de la flor, desde su siembra hasta su vida útil en florero. 

Las mezclas peroxiacéticas de CEBE (MPAs) son unas herramientas útiles y amigables con el medio ambiente en la horticultura. Básicamente, en su uso hay cuatro ventajas sustanciales y un inconveniente a considerar.

Ventajas:  

  1. Son agentes oxidantes contrastados. 
  2. Si se usan en el fertirriego, o en los suelos y/o sustratos, son agentes oxigenantes de las raíces importantes y por ello tienen un valor añadido muy significativo.
  3. No generan subproductos.
  4. Constituyen un importante agente desincrustante de las sales precipitadas tanto en las tuberías secundarias como en el propio gotero. 

Frente a sus ventajas evidentes presenta un inconveniente que es que, por encima de ciertas dosis, aparece una clara fitotoxicidad; por ello exige ser tratado bajo un manejo profesional, de ahí la presencia de CEBE en Colombia.

Para el uso en horticultura protegida, estas MPAs deben estar fabricadas con materiales que a su vez estén también permitidos, tanto las propias materias activas empleadas como los estabilizantes incorporados para su aplicación en al agro o en la industria alimentaria (Núcleos CEBE®). 

Es muy importante que los productos estén garantizados por una casa comercial con suficiente confianza. CEBE (Centro de Estudios de Bioseguridad- Sucursal COLOMBIA) cuenta con esa confianza en el mercado internacional al contar con fabricantes que nos aportan seguridad y calidad en su fabricación, lo que nos permite que el producto llegue a mantener su función tanto tras la fabricación hasta su uso, como durante el transcurso de la propia aplicación a la que va destinado.

El uso de mezclas peroxiacéticas en relación a las dosis aplicadas se puede establecer en tres posibles intervalos: 

  1. Donde la cantidad aplicada está dentro de un intervalo que no da los niveles para cumplir su efecto, y por tanto supone un gasto inútil (aplicación deficitaria). 
  2. Donde muestra su utilidad a las dosis y manejo técnico adecuado (aplicación correcta).
  3. Una aplicación dentro de un intervalo donde se muestra la fitotoxicidad (aplicación en exceso). 

En otras palabras, existe un estrecho margen de eficacia y utilidad en su aplicación. Por encima de él puede aparecer la fitotoxicidad y por debajo supone un gasto innecesario. CEBE cuenta con el know hownecesario para prescribir las aplicaciones correctas teniendo siempre muy presente, la relación entre eficacia y costo.

Estos tres comportamientos son dependientes de varios factores interrelacionados. Uno de ellos es la especie y cultivo sobre el que se aplica. Los patógenos que se quieran controlar y su fase del ciclo es, evidentemente, otro de los factores a considerar. Por último, entre los factores importantes que aquí queremos señalar, destacamos el método de aplicación; así por ejemplo, si recomendamos usarlo con un surfactante para aumentar su eficiencia, debemos considerar las dosis de éste y su compatibilidad con las propias MPAs, con el fin de que pueda servir de coadyuvante y, por ende, hacerlo mas óptimo. 

En artículos anteriores, ya hemos hablado de las distintas utilidades, como en:

  • Desinfección del agua de riego mediante MPAs en uso continuo en la solución nutritiva.

Decíamos que el agua empleada en la disolución nutritiva en contacto con las raíces puede transportar hongos, bacterias y virus adaptados a la vida acuática, y caracterizados por una gran facilidad en su dispersión por este medio. 

La aplicación MPAs para controlar algunas enfermedades debe ser usada en forma contínua, es decir que el agua que se utiliza en el fertirriego ha de estar sometida a un tratamiento preventivo de forma que se mantenga una dosis constante desde la balsa de riego hasta el emisor de riego. 

  • Tratamiento de los suelos y sustratos 

Así mismo, insistíamos en que los suelos naturales y los sustratos, entre los distintos ciclos de cultivo, necesitan una desinfección para no asumir riesgos fitosanitarios innecesarios. Igual consideración se hace necesaria tanto en las estructuras del invernadero, los contenedores que se reciclan como en los utensilios de poda, aclareo, desfoliado, etc. Para ello las MPAs de CEBE, por su acción oxidante, suponen también una herramienta muy útil. Los distintos ensayos realizados primero, y la experiencia ya adquirida después han dado unos resultados muy positivos al compararlos con otros desinfectantes más tradicionales como el metam sodio. La fitotoxicidad es muy inferior al metam sodio. Por ello el plazo de espera tras su aplicación en suelo y/o sustrato es de tan solo DOS días. 

  • Efecto sobre la infraestructura de fertirrigación

Y recordábamos también el efecto de mejora de las condiciones radicales y de productividad gracias a la liberación lenta de oxígeno, como arriba se ha indicado. Sin embargo, un aspecto menos conocido son los beneficios sobre la infraestructura de fertirrigación. Este segundo valor añadido se debe a dos factores: evitar la precipitación de sales (tanto la del agua de riego como la aportada por los fertilizantes) y, en segundo lugar, el control que éste puede ejercer sobre las biopelículas (Lama/Biofilm). Las biopelículas no solo están relacionadas con el aspecto de obturación sino que también lo están con los aspectos fitosanitarios, ya que en ellas se “refugian” multitud de patógenos; por tanto se trata tanto de un tema de durabilidad de los goteros y el resto de los elementos de fertirriego (filtros, tuberías, piquetas, etc.) como de bioseguridad.

A partir de nuestras experiencias en el campo, hemos constatado que mediante el uso adecuado de disolución acuosa de nuestras MPAs con nuestros NÚCLEOS CEBE®, inyectadas continuamente en el agua de fertirrigación, se mejora de forma considerable el control de las biopelículas y el control sobre la acumulación de sales en las instalaciones de riego por goteo, de modo que podemos indicar la idoneidad de nuestras MPAs para el manejo de la bioseguridad en el invernadero así como para el tratamiento contra la obturación en el sistema de riego.

Pero son los efectos del uso de la MPAs de CEBE sobre la PREcosecha y POSTcosecha en la horticultura, la razón del presente artículo.

Como consecuencia de cambios en los hábitos de consumo, la comercialización de productos mínimamente procesados y frescos se está incrementando considerablemente. Los consumidores esperan, entre otras cosas, que los productos estén libres de defectos y que posean elevada calidad organoléptica y nutricional, junto con una seguridad sanitaria garantizada.

Las MPs de CEBEcontrolan las esporas presentes en la fruta e incrementan la vida útil de la fresa, fresón y arándanos hasta 7 días sin alterar su color ni sus propiedades organolépticas.

De igual modo, se ha determinado que un tercio de la vida de la flor cortada está influenciada por el ambiente de precosecha, mientras que los dos tercios restantes por el manejo y las condiciones reinantes después del corte. Lo anterior, junto con las exigencias de envíos a largas distancias, conlleva la necesidad de desarrollar tecnologías que permitan mantener la calidad de las flores cortadas, o de los productos hortícolas y/o frutícolas, tales como la conservación a bajas temperaturas, preservantes químicos inhibidores del etileno, el uso de biocidas o la inmersión de las MPAs de CEBE.

En este marco, las técnicas de postcosecha exigen procesos cada vez más sofisticados que alarguen la vida de los productos, manteniendo intacta sus propiedades el máximo de tiempo posible y sin utilizar materias conservantes preferentemente.

Es conocido que la vida postcosecha de las flores de corte es limitada a menudo por una acumulación de bacterias en las soluciones para la hidratación de las varas florales (Havely & Mayak, 1981). Para aumentar la longevidad de la flor climatérica cortada, además de inhibir la biosíntesis de etileno, también es necesario mantener un aporte de agua adecuado a la flor, por lo que la disolución conservante debe tener compuestos que impidan la proliferación de microorganismos, que taponarían los vasos conductores, así como aportar a la flor una fuente nutritiva que satisfaga sus necesidades metabólicas. De ahí la recomendación de CEBE en esta aplicación con una de sus MPAs.

Tradicionalmente, puesto que el foco de atención ha sido la contaminación microbiológica, las medidas de control han ido encaminadas a reducir la población bacteriana. La contaminación superficial de frutas, hortalizas y flores varía en número y tipo, dependiendo del producto y del manejo. Además, si bien existe una flora microbiana cuya reducción es fácil, aquella que se encuentra asociada formando biofilms, constituye un punto crítico al tratarse de patógenos vegetales de difícil disminución que pueden afectar la calidad del producto o de la flor durante el almacenamiento.

Existen dos tipos de métodos de reducción de la flora microbiana: los métodos físicos (mecánicos, como el cepillado; tratamientos térmicos por curado o inmersión en agua caliente; e irradiación) y los químicos, generalmente mediante inmersión o aspersión de disolución acuosa (aunque también se utilizan gases de desinfección). Realmente, el modo de trabajo en procesamiento postcosecha tiende a integrar los dos tipos de métodos. 

En cualquier caso, lo que sí es imprescindible es que el agua utilizada en el tratamiento postcosechaesté tratada y potabilizada. CEBE Colombia utiliza compuestos de oxígeno activo como agentes desinfectantes de este agua de proceso.

Ampliación de 7 días de la vida en florero del pompón con Núcleos CEBE.Foto.- UNIFLOR Antioquia- Colombia.
Tratamiento en la hidratación de los tallos incrementando la vida útil. (Días de viaje simulado).

Esta elección fue debida al considerar que las MPAs de CEBE cumplen las propiedades necesarias: amplio espectro antimicrobiano, rápida acción microbicida, facilidad de uso, no presentar síntomas de fitotoxicidad a las concentraciones habituales de uso, solubilidad en agua, estabilidad en la forma concentrada y diluida del producto, toxicidad reducida de las soluciones de uso para el ser humano e inflamabilidad y costo bajo o moderado.

Existe la necesidad de utilizar productos biodegradables que sean respetuosos con el medio ambiente, tanto en la precosecha como en postcosecha, como productos orgánicos: sacarosa, ácido peroxiacético o agua oxigenada, entre otros. Ya en 1950 Geenspan y Margulies hablaron del ácido peracético para tratar frutas y verduras con el objeto de reducir la proliferación de bacterias y hongos. Unos años después lo refirieron también para la desinfección de bulbos y contra nemátodos. Ahora CEBE cuenta, además, con productos orgánicos tratados con sus NÚCLEOS desarrollados específicamente para el agro, para la industria alimentaria y aguas potables, tanto para el consumo humano como animal.

Hay una larga historia del uso en el campo experimental del uso en el campo de algunas de las MPAs como fungicida/bactericida. Hei (2000) divulgó su utilidad en el control de enfermedades hortícolas en campo del tejido vegetal, las semillas, las frutas, los medios y los envases. Las MPAs de CEBE no son virtualmente afectadas por los cambios de temperatura; incluso en presencia de materia orgánica, cuando oxida el material orgánico, finalmente se descompone en anhídrido carbónico y agua, constituyéndose en productos altamente amigables con el medio ambiente.

Podemos afirmar que las desinfecciones realizadas con MPAs de CEBE rebajan la incidencia de pudriciones en productos hortofrutícolas en más de un 35% respecto a la desinfección con hipoclorito sódico (400 ppm), y en más de un 45% respecto al lavado sin aplicación de biocidas. Flores cortadas, fresas, tomates, pimentón son, entre otros, productos que ven prolongada su vida postcosecha con las propuestas de CEBE.Las regulaciones españolas permiten a CEBE (Centro de Estudios de Bioseguridad) el uso de su peróxido de hidrógeno (AENOR, 2005; BOE, 2003). La Agencia de Protección Ambiental (EPA, 1998) autoriza el uso de sus añadidos al agua a base de mezclas peroxiacéticas (PAA) para las frutas y verduras.

Porcentaje de deterioro de frutos de pimiento en tratamientos postcosecha con productos CEBE e hipoclorito sódico / días.

“Son muchas las razones para aplicar las MPAs de CEBE y escasos los motivos para no hacerlo”.