Semblanza en memoria al Dr. Amílcar Salgado L. (1942-2024).
Escrita por él mismo
“Nací en el campo, en una vereda del municipio de Puente Nacional de Santander, en una familia numerosa como era lo común de la época, 11 hermanos. A muy temprana edad, 6 años, tuvimos que abandonar el campo como consecuencia de la violencia política desatada en 1948 y nos trasladamos a Bogotá donde vivimos pocos años para luego viajar al eje cafetero, hoy departamento del Quindío, donde ya estaban ubicados algunos familiares paternos. Allí cursé estudios primarios y secundarios e ingresé a la Universidad de Caldas, ubicada en Manizales donde concluí estudios de Ingeniería Agronómica.
Tuve varias opciones para iniciar mi ejercicio profesional y decidí vincularme al Instituto Colombiano de Reforma Agraria – INCORA – que por la época desarrollaba importantes programas de apoyo a los campesinos mediante distribución de tierras, dotación de infraestructura, crédito agropecuario, desarrollo cooperativo para suministro de insumos y comercialización de cosechas, capacitación y extensión rural, etc. Estas acciones las apoye en un área de desarrollo agrícola en un distrito de riego introduciendo un buen nivel de prácticas tecnológicas. Allí tuve oportunidad de coordinar acciones de capacitación con el Servicio Nacional de Aprendizaje – SENA – aspecto que siempre he creído vital para lograr el desarrollo humano. También fue la época en que decidí formar un hogar que aún permanece.
Fue precisamente el SENA quien me propuso dirigir los programas de Formación Profesional para el sector agropecuario en el Dpto. del Quindío a donde nos trasladamos a vivir con nuestra hija recién nacida. Después de 11 años de labores, recibí la propuesta de trasladarme a Bogotá a dirigir los programas Formación Profesional para el sector rural en Cundinamarca. Fue una decisión difícil por el cambio familiar del entorno, amistades, etc., pero finalmente pesó mucho el tema del futuro educativo de mis dos hijos y desde luego también la oportunidad de crecimiento personal y mejora de las condiciones laborales.
Profesionalmente siempre impulsé en los productores agropecuarios la aplicación de prácticas de producción limpia, que protegieran el ambiente y la salud de los mismos productores y de los consumidores. Formamos un grupo amplio de Instructores en estos temas de producción sostenible y a través de ellos se capacitaron muchos productores y técnicos en estas prácticas. En esta actividad de relacionamiento con productores, técnicos, instituciones, etc., conocí una Fundación que estaba promoviendo algo similar y me pidieron apoyo para divulgar en nuestros programas de capacitación un producto biológico que estaban desarrollando. Desde luego los apoyamos ampliamente y cualquier día me invitaron a hacer parte de esa Fundación como asesor y acepté, concluyendo así otros 11 años de servicio a la Formación Profesional en el SENA.
Esta decisión ya hace 29 años que la tomé y aún sigo dirigiendo esta Empresa, logrando con ayuda de muchos profesionales el desarrollo de varias opciones biológicas, el relacionamiento con otros países compartiendo experiencias, conocimientos y desarrollos de productos y biotecnologías que a todos nos ha beneficiado.
Haciendo un alto en el camino reflexionando y revisando que ha pasado con estas experiencias y esfuerzos, encuentro que los programas de reforma agraria retrocedieron, los grandes empresarios terminaron comprando las tierras valorizadas a los campesinos beneficiarios, quedando estos, de nuevo en situación de vulnerabilidad y los programas de formación profesional rural con el enfoque de sostenibilidad han decaído, en ambos casos, por la falta de continuidad en la aplicación de políticas gubernamentales”.