Por: Jorge Stamatiu
Líder de postcosecha 
Anasac

  • Se requiere aunar esfuerzos para resolver los problemas a los que se enfrentan los productores/exportadores colombianos.
  • Soluciones hay falta la voluntad en la toma de decisiones para implementarlas.

En los últimos años, mucho se ha discutido acerca de las bondades que ofrece la geografía colombiana para la producción de frutas, café y flores. Estos dos últimos ya son rubros maduros, aunque no ajenos a los cambios en resistencia de plagas y enfermedades. En el caso de las frutas, aún nos falta mucho por aprender y tecnologías de producción apropiadas por incorporar. Es innegable la ventaja geográfica de Colombia, dada su relativa cercanía a los países de mayor población o poder adquisitivo.

Integrarse al mercado globalizado de productos frescos es una necesidad y, al mismo tiempo, el anhelo y esperanza del esforzado agricultor y de los emprendedores colombianos que intentan, día a día, abrir las puertas de los exigentes mercados de Europa, Asia y Norteamérica, que son los que cuentan con la demanda y están dispuestos a pagar los mejores precios. Sin embargo, esos deseos no son fáciles de llevar a la práctica porque van amarrados a crecientes exigencias en calidad, homogeneidad y oferta estable. Además, se exige que no vayan con residuos de pesticidas prohibidos o superando los Límites Máximos de Residuos (LMR´s), exigencias no sólo de los países o bloques, sino de los propios supermercados, que pueden ser todavía más rigurosos. Se suman a estos requerimientos la necesidad de una cadena de frío homogénea y que responda a las necesidades específicas de cada especie de frutas o, inclusive, de las variedades dentro de cada especie. Lo que históricamente nos han exigido como país, que también se exige a otras naciones, es la calidad sanitaria: que no tengan presencia de plagas o enfermedades consideradas por ellos cuarentenarias.

En los casos de Chile, por ejemplo, y Japón -uno de los países más exigentes en materia de plagas o enfermedades cuarentenarias-, se abrió recientemente la posibilidad de importar aguacates colombianos; sin embargo, el tema técnico de no ir con insectos u ácaros, considerados por ellos como prohibidos, aún no está resuelto.

Por otro lado, Europa hasta 2018 no hacía grandes cuestionamientos a la entrada de productos frescos desde Latinoamérica. Pero a partir de 2019 las reglas han cambiado radicalmente. Varios ejemplos se han dado entre 2020 y 2021 en el sector frutícola, en los que no se ha podido acceder a Europa con las piñas colombianas por presencia de hongos o con mangos por estar afectados por moscas de la fruta, que se encuentran diseminadas en todas nuestras zonas productivas (Anastrepha spp.). Perú, el segundo productor de aguacates en el mundo, ha tenido interceptaciones por la presencia de ácaros. Estos son sólo algunos ejemplos, tal como nuestras autoridades lo saben, a los que, tarde o temprano, también se verán enfrentados los diferentes rubros exportadores, incluyendo los aguacates.

Hoy en día, las fuentes de información, para todos disponibles en la web, nos muestran que los mercados de destino asiáticos y europeos están en plena ebullición, con exigencias cada día más complejas, que queramos o no, deberemos cumplirlas para exportarles.

El tema específico de Europa no es nuevo. De hecho, Colombia fue informada por las autoridades europeas que a partir de 2018 iban a cambiar las exigencias en materia sanitaria de productos agrícolas exportados desde Colombia. Dichas medidas venían siendo anunciadas ya desde octubre de 2016 por el Parlamento Europeo, bajo lo que se conoce como “Plant Health Law” (Regulation (EU) 2016/2031), donde se da a conocer el marco general de las medidas protectivas contra plagas cuarentenarias para toda la Unión Europea. Este marco legal, finalmente, se puso en práctica a partir del 14 de diciembre de 2019. El mismo busca manejar medidas más efectivas para la protección de todo el territorio de la Unión Europea y su agricultura.

En pocas palabras, desde el 14 de diciembre del 2019 cualquier especie (incluyendo partes vivas de plantas) necesita ir acompañada por un certificado fitosanitario, emitido por la autoridad competente del país de origen, para poder ingresar a alguno de los países de la Unión Europea.

Por lo tanto, que no nos sorprenda que en materia de flores y frutas ahora seamos interceptados; son las reglas del mercado internacional, en permanente cambios, y deberemos estar atentos a acogerlas y respetarlas. Como dice el dicho: “el comprador es el que pone las reglas”.

Asimismo, no está de más reiterar que debemos estar en permanente búsqueda de soluciones y anticiparnos a las exigencias cambiantes que deberán ser concertadas entre los productores/exportadores y las autoridades colombianas, para no entorpecer el despegue de la nueva agricultura exportadora de productos frescos. Si se es exitoso en este camino, no hay duda de que se generarán nuevas fuentes de empleo, habrá divisas para el mejoramiento de infraestructura vial y de frío, remplazo de cultivos ilícitos e innumerables ventajas socioeconómicas para el país. 

Si no cumplimos con las reglas del mercado internacional, se habrán perdido las esperanzas y el trabajo de miles de agricultores progresistas que quedarán en el camino, como lo han mostrado algunos cultivos sobre los cuales se pregonó mucho de sus ventajas en el pasado, pero no se llegó ni a la calidad ni a la oferta que nos demandaba el mercado internacional.

Conociendo lo acontecido en Chile, Perú, Argentina y otros países exportadores, Anasac, aprovechando su experiencia de más de 74 años al lado de los fruticultores y de la agroindustria, hoy en día está en pie para apoyar al productor colombiano, aportándole ideas, tecnologías y planes de manejo que respondan a las exigencias de los mercados de destino. Anasac es una empresa que se anticipa y evoluciona a la par del mercado internacional.

Hoy tenemos resultados concretos al haber resuelto problemas de moscas de la fruta en mangos y papayas; ácaros, escamas y cochinillas en aguacates, cítricos, bananos y piñas; botrytis y antracnosis en flores y frutas, entre otros. Las tecnologías de Anasac permiten alcanzar el óptimo de vida media de los productos frescos y evitar varias limitantes que, de alguna u otra manera, podrían alterar la calidad, la duración en postcosecha e, inclusive, restringir o prohibir el ingreso de los productos colombianos a determinados destinos. La experiencia con la que Anasac hoy cuenta está a disposición de los productores, a quienes asesoramos en materia de los ingredientes activos que pueden ser usados; asesoramiento directo en frutales de exportación y una gama amplia de productos naturales, orgánicos y agroquímicos enfocados en respetar los Límites Máximos de Residuos (LMR´s), con las curvas de degradación que cada uno de sus ingredientes activos requiere para la variada geografía colombiana.

Fuentes