Por: Francisco C Yepes R
Profesor Asociado. UNAL -Sede de Medellín

Johan Sebastián Velásquez Echavarría. 
Estudiante de Ingeniería Agronómica
Grupo de estudiantes de entomología -GEUN
UNAL -Sede de Medellín

Introducción

Las moscas de la fruta están presentes en todos los ecosistemas de nuestro país, especialmente en los territorios sembrados con especies susceptibles (mango, guayabo, níspero, papayo, zapote, curuba y granadilla).

Las zonas de vida pueden tener alguna influencia sobre el crecimiento poblacional de algunas especies en particular y de esa situación tienen conocimiento los agricultores. Por ejemplo, el mango (Mangifera indica L) establecido en el municipio de Anzá (Antioquia) no está localizado en el pleno bosque seco tropical sino en una transición entre los 800 y 1200 msnm, territorio de la cordillera occidental. En cambio, al elegir los terrenos para los cultivos de maracuyá (Passiflora edulis f. sp. flavicarpa) en la misma región del occidente de Antioquia, se prefieren los que están localizados por debajo de los 1300 msnm, huyéndole al ataque de cualquiera de las especies que afectan esta pasiflorácea, por ejemplo, Anastrepha pallidipennis Greene (Diptera: Tephritidae). Otro caso digno de mención se relaciona con las zonas que podrían considerarse marginales para las siembras comerciales de zapote, Quararibea cordata (Bonpland, 1808; Vischer, 1920), información a tener en cuenta cuando se den estos pasos.

Observaciones personales indican que algunos terrenos de las zonas cafeteras de los municipios de Cisneros, Yolombó, Santo Domingo, San Roque, San Rafael, San Carlos, Cocorná y otros del suroeste antioqueño, localizados muy cerca de los 1000 msnm, perjudican severamente la producción de la fruta. Se han presentado daños superiores al 60% de infestación (Posiblemente por A. mucronota Stone), cuando las cosechas del cultivo localizado en Sopetrán y Santa Fe de Antioquia (Bosque seco tropical) no se afectan ni en un 10%.

Como actualmente se pretende impulsar los cultivos de algunos rubros de origen tropical, es posible que en la lista se incluya al mamey, fruta de exquisito sabor y de fácil conservación por fuera de la refrigeración; por tanto, es preciso tener en cuenta en los estudios sobre sanidad de las plantaciones, los ataques de A. serpentina, llamada mosca de las sapotáceas.

1. Marco teórico

1.1. Generalidades

Las moscas de la fruta (Diptera: Tephritidae) son consideradas las plagas más importantes en varias especies de cultivos de exportación. Hacen parte de los estudios de la detección y vigilancia sobre el manejo de sus poblaciones. Las miradas de las autoridades gubernamentales, asistentes técnicos y empresarios están fijadas permanentemente en sus poblaciones y en muchos países importadores se constituyen en plagas cuarentenarias.

1.2. Moscas de la fruta

En este grupo de insectos se incluyen los dípteros de las familias Tephritidae y Lonchaeidae, principalmente, porque sus larvas están capacitadas para alimentarse de los frutos de plantas cultivadas y silvestres. La primera está estudiada a través de algunas de sus especies, porque afecta los brotes tiernos de algunos vegetales, además de tener entre sus hospederos a frutos de plantas ornamentales. Lonchaeidae también exhibe otro comportamiento relacionado con el ataque de estructuras reproductivas como son los sacos polínicos y el ovario.

El género Anastrepha Schiner (Tephritidae: Toxotrypanini), es el más diverso en los trópicos y subtrópicos americanos, con aproximadamente 300 especies reconocidas (Norrbom et al. 2012, 2015, citado por Rodríguez et al., 2018).  

En Colombia están presentes algunas especies de este género que, además de causar daños directos, generan restricciones en los mercados internacionales de frutas en fresco debido a que estos artrópodos son plagas de carácter cuarentenario (Vargas et al., 2014).

De acuerdo con esto, la detección de las moscas de la fruta es un componente básico en los programas de manejo integrado, al utilizar trampas y atrayentes que, según la especie a monitorear, se realiza un seguimiento a la magnitud y duración de la infestación, posible número de adultos, extensión del área afectada y avance de la plaga (ICA. 2020).

Lonchaea Fallén (Lonchaeinae: Lonchaeini), es el género más grande de la familia Lonchaeidae. Por sus hábitos alimenticios, el Instituto Colombiano Agropecuario ICA, mediante la Resolución 001 del 2011, estableció que algunas especies de esta familia se consideran como moscas de la fruta (ICA, 2011, citado por Balseiro y Uribe, 2021). 

En particular, el género Lonchaea ha sido reportado como plaga en plantas de la familia Passifloraceae; sin embargo, no existen estudios epidémicos vastos para este grupo (Balseiro y Uribe, 2021).

Según Balseiro y Uribe (2021), las especies de la familia Lonchaeidae son confundidas con los individuos de la familia Tephritidae, ya que   ambos grupos se encuentran afectando los frutos; además, los pocos estudios sobre el género Lonchaea hacen que la identificación de los especímenes sea difícil.

2. Especies relacionadas con grupos de plantas

2.1. Plantas Passifloraceae

Varios autores afirman que se considera a A. pallidipennis como la mosca de las pasifloráceas debido a los daños comprobados en los frutos de maracuyá, badea y granadilla. A continuación, se hará referencia a resultados obtenidos por varios investigadores:

“Se reporta por primera vez a Anastrepha pallidipennis Greene (Díptera: Tephritidae) dañando frutos de parchita maracuyá (Passiflora edulis f. sp. flavicarpa Deneger). Los adultos se obtuvieron en el laboratorio a partir de frutos infestados naturalmente. La identificación se hizo en función de las características morfológicas de la hembra y del macho, principalmente, las correspondientes al ovipositor, el perfil clipeal, las bandas Costal y S del ala, la forma del surstyli y la ausencia de vellosidad en el escutelo. El ataque de A. pallidipennis se asocia a la eliminación de planteles de badea (P. quadrangularis L.) en el área” (Carrero et al, 2000).

En Colombia, Cenicafé, señala la presencia de A. pallidipennis en tres sistemas de producción de café en la zona central cafetera del país, representando junto a A. obliqua, A. grandis, A. leptozona, A. mucronata y A. manihoti el 6% del total muestreado (Giraldo et al., 2015).

Marín (2002) Señala que A. pallidipennis presenta una distribución en el departamento de Valle del Cauca entre los 800 – 1000 msnm y en Huila entre los 500 – 900 msnm, como hospedero plantas de maracuyá (Passiflora sp.).

Además de esto, el ICA en su boletín epidemiológico sobre la situación de las moscas de la fruta en el departamento del Tolima para el año 2009, registró a esta especie con un 15.7% de los especímenes muestreados en frutas, teniendo como hospedero a plantas de la familia Passifloraceae (ICA, 2009).

2.2. Plantas Cucurbitaceae

Los problemas fitosanitarios se encuentran entre los principales factores que comprometen la producción de cucurbitáceas. Entre los causantes de estos problemas se encuentra Anastrepha grandis Macquart (Diptera: Tephritidae) conocida como la mosca sudamericana de las cucurbitáceas, un insecto neotropical que se registra en países de América del sur y Central, como se observa en la Figura 1. Es de esta distribución donde deriva su nombre común; además se caracteriza por atacar tanto especies nativas como  exóticas (Bolzan et al., 2015).

Figura 1. Distribución mundial de Anastrepha grandis Macquart(EPPO, 2021).

Las hembras de esta especie ovipositan en frutos maduros dejando uno o varios huevos agrupados a una profundidad de 1 a 2 mm. Al eclosionar, las larvas se alimentan de la pulpa del fruto construyendo galerías y destruyendo la semilla, lo que acelera los procesos de oxidación y maduración del fruto de manera prematura y  genera una pudrición en el fruto, dejándolo a su vez inservible en el mercado; de esta manera el daño ocasionado por este insecto se presenta con mayor incidencia en la etapa de maduración del fruto (SENAVE, 2017).

Figura 2. Ciclo de vida de Anastrepha grandis Macquart (SENAVE, 2017).

En el ciclo de vida se presentan tres estadíos  larvales (Figura 2), conociéndose los siguientes hospederos: la sandía (Citrullus lanatus), melón (Cucumis melo), zapallo (Cucurbita maxima), también calabacita (Cucurbita moschata) y pepino (Cucumis sativus) (SENAVE, 2017).

2.3. Plantas Myrtaceae

Anastrepha striata causa pérdidas apreciables en todas las variedades guayaba (Psidium guajava L) y en otras plantas de la familia Myrtaceae que se siembran en Colombia. Es catalogada como una plaga de carácter cuarentenario, por esta razón los productores deben asumir altos costos de los tratamientos exigidos que se le deben dar al fruto para ingresar al mercado internacional (ICA, 2012).

La estructura de la población de este artrópodo puede verse influenciada por la presencia de barreras físicas o características asociadas a su hábitat; sin embargo, se debe considerar la intervención antropogénica que actúa como agente de dispersión de los frutos infestados, presentando una homogeneidad genética en especímenes de A. striata en tres regiones naturales en Colombia (costa pacífica, región montañosa y valles interandinos del río Cauca) (Gallo, 2017).

Figura 3. Distribución mundial de Anastrepha striata (EPPO, 2021).

Este insecto se distribuye en varios países de América como se observa en la Figura 3. Sin embargo, el cambio climático ha afectado la distribución geográfica de la mayoría de las especies en todo el mundo; por esta razón se realizan modelos  teniendo en cuenta las predicciones actuales y futuras de cambios de distribución geográfica; con esto se modelan las distribuciones de A. striata bajo los escenarios actuales y los posibles futuros en Colombia, lo que señaló que el establecimiento de dicho artrópodo en áreas extensas es adecuado en la región andina, áreas pequeñas de la región Caribe y Pacífica y casi en ningún área de la Orinoquia y la Amazonia (Amat et al., 2020).

2.4. Plantas Malvaceae: Bombocoideae

El zapote o zapote de los Andes (Quararibea cordata, sinónimo de Matisia cordata), es una planta cuyo fruto se distribuye abundantemente en los mercados de Antioquia, Buenaventura y en Bogotá. Presenta un sabor agradable, jugoso y dulce, con buen contenido de fibra. Cuando alcanza la madurez fisiológica y es cosechado puede mantenerse hasta una semana en la sombra y la consistencia dura de la cáscara permite que la fruta sea transportada en buen estado (Álvarez, 2020).

En la literatura se ha citado a Q. cordata como hospedero de Anastrepha mucronota (Bueno et al, 2004, ICA, 2005, Marín, 2017). Es una plaga a considerar al momento de la comercialización; se presenta frecuentemente en aquellos frutos cosechados durante la época de lluvias. Tiene diferentes hospederos alternos, lo cual complica su control (ICA, 2005).

Figura 4. Distribución mundial de Anastrepha mucronota (EPPO, 2021).

Según EPPO, 2021. A. mucronota tiene como hospederos las siguientes plantas: Matisia cordata, Annona cherimola y Salacia elliptica, observándose la distribución del insecto en la Figura 4.

2.5. Familia Sapotaceae y Calophyllaceae

2.5.1. Níspero

El níspero (Manilkara huberi (Ducke) A. Chev.) es una planta muy común en los llamados terrenos de traspatio de los ecosistemas de clima caliente de Colombia, especialmente en la costa norte (departamentos de Córdoba, Sucre, Bolívar, Magdalena, Cesar). En el occidente del departamento de Antioquia fue común hallarlo en asocio con el cacao, en los policultivos de frutales. Allí se disputaba la fertilidad de los suelos aluviales de quebradas y ríos, en compañía de sus parientes el zapote (Manilkara zapota (L.) P. Royen) y el mamey (Mammea americana L.). Estos agroecosistemas están desapareciendo debido a la proliferación de las fincas de recreo y a la decadencia de los cacaotales en los municipios de Sopetrán, Santa Fe de Antioquia, San Jerónimo y Olaya. De la opulencia frutícola de esta región, la cual fue escenario de la famosa fiesta de las frutas, quedaron algunos árboles centenarios de estas familias, representados por mameyes y nísperos, con alturas que superan los 10 metros (Figura 5).

Figura 5. Árbol de níspero (M. uberi) (A) . Frutos de nispero (M: huberi) (B).

2.5.2. Mamey

Según Lemus et al (2021), el mamey (M. americana) es un árbol tropical cultivado como planta frutal, siendo nativo de las indias occidentales y del norte de América del sur. Esta especie se usa ampliamente en la comida y la medicina tradicional del Caribe, principalmente por su acción insecticida sobre una amplia gama de insectos. Esta planta suele confundirse con Pouteria sapota (Sapotaceae), también llamada Mamey en México debido a su color externo similar. 

A pesar de todos los usos con los que cuenta esta fruta, es de poco consumo y distribución en el país, ya que este se suele consumir en fresco, pero también existen iniciativas para  retomar los frutos ancestrales y dar conocimiento de los aportes nutricionales que pueden ofrecer. También es aprovechado de diversas maneras, ya que las semillas contienen un compuesto insecticida de nombre “mammeína”, la madera del árbol se emplea en ebanistería, la pulpa se utiliza además para la preparación de jugos, mermeladas y tortas (Unimedios, 2006).

3. Información de Anastrepha serpentina (Wiedemann, 1830)

3.1. Biología

Este insecto se desarrolla desde el huevo hasta el adulto en 24 – 33 días. Los huevos son ovipositados en el fruto y tardan 3.41 +- 0.92 días para su eclosión. Son de color blanco y miden entre 0.88 – 1.5 mm; las larvas pasan por 3 instar larvales, periodo que dura de 8 a 13 días; estas miden entre 9 – 10 mm de largo y 1.5 mm de diámetro. Las pupas se desarrollan en el suelo, debajo de la planta hospedero a una profundidad de 1 a 2 cm y este periodo dura de 13 a 17 días; son de color marrón claro – amarillo como se observa en la Figura 6; el adulto es de color marrón oscuro, con manchas amarillas pálidas y naranja oscuro (Agroproductores, 2017), como se observa en la Figura 7.

3.2. Diagnosis

Se reconoce fácilmente por la combinación de los caracteres siguientes: diseño torácico con el mesonoto castaño oscuro casi negro con áreas amarillas (húmero, estrías media y laterales, banda sobre la sutura transversa y dos tercios posteriores del escutelo) y el metanoto castaño naranja a castaño oscuro; diseño alar con bandas predominantemente castañas oscuras, área hialina costal triangular que apenas sobrepasa la vena R2+3, bandas costal y S confluentes sobre R4+5, banda V sólo con brazo proximal, delgado y completamente separado de la banda S; abdomen castaño oscuro con banda media amarillenta sobre los tergos, y la forma del ápice del aculeus diminutamente aserrado en más de la mitad apical”  (Caraballo, 2001) (Figuras 7 y 8).

3.3. Distribución

Las poblaciones de este insecto se pueden encontrar desde el sur de Estados Unidos, pasando por centro América, las islas del caribe hasta el norte de Argentina, como se observa en la Figura 6.

Figura 6. Distribución mundial de Anastrepha serpentina (EPPO, 2021).

En Colombia, A. serpentina se distribuye en los departamentos de Antioquia, Arauca, Atlántico, Bolívar, Caldas, Caquetá, Casanare, Cesar, Córdoba, Cundinamarca, La Guajira, Guaviare, Huila, Magdalena, Nariño, Norte de Santander, Putumayo, Quindío, Risaralda, San Andrés y Providencia, Sucre, Tolima, Valle del Cauca y Vichada (Rodríguez et al., 2018).

3.4. Hospedantes

Es una especie que tiene 20 hospedantes documentados en México en nueve familias botánicas distintas. No obstante, su asociación con ocho hospedantes de la familia Sapotaceae determinan sus preferencias de alimentación en esa familia, destacando las especies de Manilkara zapota y Pouteria sapota. (Sagarpa, S. f).

Figura 7. Pupa coarctata (Brachycera: Cyclorrhapha), típicas de Anastrepha sp.
Figura 8. A. serpentina mostrando los caracteres taxonómicos.

3.5. Enemigos naturales

En Colombia se han hecho relativamente pocos estudios sobre parasitoides de moscas de la fruta; sin embargo, se señalan a las siguientes especies como parasitoides: Heterospilus sp., (Braconidae: Doryctinae), Opius trinidadensis Graham. Ganaspis carvalhoi Deltmer, Ganaspis spp., (Hymenoptera: Figitidae) Odontosema anastrephae (Borgmeier), Diachasmimorpha longicaudata Ashmead. En estudios realizados en Antioquia, Valle del Cauca y Tolima se confirmó la presencia de nueve especies de bracónidos Asobara anastrephae Mueseback, D. areolatus, D.crawfordi, D. zeteki, Microcrasis sp., Opius anastrephae Viereck, Opius sp., Phaenocarpa sp., Utetes anastrephae; de dos especies de figítidos A. pelleranoi y O. Anastrephae; una especie de la familia Eulophidae Aceratoneuromya indica Silvestri y una especie no identificada de la superfamilia Proctotrupoidea, todos como parasitoides de huevos y la especie Pachicrepoideus vindemia (Rondani) parasitando pupas (Bueno et al., 2004).

Los anteriores parasitoides atacan varias especies del género Anastrepha, entre los que se encuentra A. serpentina (Bueno et al., 2004).

4. Manejo integrado de las poblaciones de las moscas de la fruta

El manejo de las moscas de la fruta consiste en dos estrategias: el monitoreo y el control. En el caso del monitoreo, se puede realizar por medio de trampas o en frutos. El monitoreo por trampas consiste en la ubicación de trampas (por ejemplo, la trampa McPhail) en los predios que presentan infestaciones con dichos artrópodos. Las trampas se cuelgan y en ellas se coloca una mezcla atrayente; como la parte superior de la trampa es transparente, la luz atrae a la mosca adulta y facilita la captura. De esta manera se procede a calcular el índice de infestación (ICA, 2012):

Ecuación 1. Índice de infestación (ICA, 2012).

De acuerdo al dato obtenido se establece la dinámica poblacional de la mosca, las medidas de control y las épocas de aplicación de dichas medidas (ICA, 2012).

En cuanto al monitoreo de frutos, facilita la determinación de hospederos de la mosca para corroborar la información del trampeo y las estrategias de control. Con este dato se obtiene el nivel de infestación expresado en larvas/fruto o larvas/kilogramo (ICA, 2012).

4.1. Control legal

Las actividades de regulación y control son responsabilidad exclusiva de los funcionarios del ICA. En la resolución ICA 001 de enero del 2011, se establecen las medidas fitosanitarias para el control de las moscas de la fruta (ICA, 2018).

4.2. Control físico

Para el uso de este método se establecen barreras físicas y embolsado de frutos, como estrategias comúnmente utilizadas (Fedepasifloras, 2016).

4.3. Control cultural

Este método de control consiste en la recolección y disposición adecuada de los frutos caídos o maduros sospechosos, al depositarlos en calicatas o fosas y cubrirlos con una capa de cal; además se presenta la opción de tapar la calicata con un marco con sarán o anejo de 16 mallas/cm2 para evitar que los adultos de la mosca salgan, pero que permita que los controladores salgan y sigan cumpliendo su labor (ICA, 2012).

4.4. Control químico

ICA (2012) dice que este método de control consiste en la aplicación de insecticida/cebo para el control de adultos. El número de aplicaciones y el momento son determinados de acuerdo con el umbral de acción que se establece con el trampeo (MTD= mosca, trampa, día). De esta manera se establecen periodos de aplicación del biocida, mezclado con la proteína hidrolizada.

4.5. Control biológico

La literatura cita a los parasitoides antes mencionados en este texto. También se ha observado un control por parte de hongos entomopatógenos mediante la aplicación al suelo de Beauveria bassiana. Las aplicaciones de este hongo estarían dirigidas al suelo alrededor de los árboles, ejerciendo un control sobre larvas y pupas de dichas moscas (Fedepasifloras, 2016).

ICA (2012) indica que también se han evaluado las aplicaciones de Bacillus thuringiensis y otros con base en  Spinosad. Este ingrediente activo es obtenido por la fermentación de la bacteria Saccharopolyspora spinosa, que se usa en una dosis de 1.5 litros/hectárea.

5. Consideraciones finales

Todos los estudios que se realicen sobre las moscas de fruta tendrán su importancia para los investigadores, asistentes técnicos de cultivos susceptibles y de los empresarios registrados para la exportación. Se trata de un tema sensible en nuestro país, debido al fomento de algunos rubros de frutales en ausencia de los conocimientos relacionados con su sanidad, especialmente cuando se programan para la exportación.

El llamado urgente va en este sentido. Los estudios agronómicos sobre las sapotáceas deben incluir las investigaciones sobre las plagas y enfermedades, sin excluir las precisiones sobre las zonas ecológicas recomendadas para su fomento, pues de este conocimiento se derivarán definiciones sobre áreas libres o de baja prevalencia de las poblaciones de este interesante y muy desconocido insecto.

6. Bibliografía