Por: Francisco Cristóbal Yepes Rodríguez
Profesor Asociado Universidad Nacional de Colombia
Sede de Medellín
IA. Yaned Estela Zapata
M.Sc. Universidad Nacional de Colombia. Sede de Medellín
Introducción
El cultivo del maracuyá se empezó a fomentar en el departamento de Antioquia en la década de los años 60, por iniciativa de los ingenieros agrónomos adscritos al Centro Regional de Occidente, dependencia de la Secretaría de Agricultura y Fomento, liderados por Jaime Franco, jefe de aquella unidad administrativa, con sede en la Ciudad de Antioquia.
Los municipios abanderados en la ejecución del proyecto fueron Sopetrán, San Jerónimo y Santa Fe de Antioquia, demostrándose finalmente que esta región del occidente del departamento tiene suelos y condiciones climáticas apropiados para llevar a cabo el fomento de esta fruta pasiflorácea.
En la actualidad, los municipios mencionados anteriormente declinaron este liderazgo debido a la dedicación de sus mejores suelos a los proyectos de parcelación para viviendas de recreo de personas procedentes de otras regiones y a la construcción de complejos hoteleros.
Sin embargo, el maracuyá no desapareció de la región. En este momento se cultiva en territorios de los municipios de Olaya y Dabeiba y se suman algunos predios de la zona de Urabá.
En parcelas establecidas en Santa Fé de Antioquia en el año 2017, los autores comprobaron que este cultivo es muy buen hospedero de los llamados gusanos cosecheros (Lepidoptera: Nymphalidae), nombre atribuido a la voracidad con la que estas larvas atacan el follaje, provocando gran defoliación del cultivo en proceso de crecimiento y desarrollo (Yepes, 2018).
Se destacan las especies Agraulis juno (gusano negro), Agraulis vanillae (gusano café) y Eueides isabellae (gusano gris) (Figura 1 -6).
A este complejo de especies defoliadoras se suman dos problemas fitopatológicos, representados por las enfermedades llamadas por los cultivadores como “secadera” de la raíz y la antracnosis del fruto, de manejo más complejo que los insectos mencionados.
Pero la situación actual amerita una reflexión más profunda, pues el llamado caracol africano llegó para quedarse, quizá con disposición de causar más dolores de cabeza por su condición de buen herbívoro, añadiéndole, además, su comprobada polifagia.
De ahí la importancia de llamar la atención acerca de este molusco aparentemente inofensivo, de bajo perfil como plaga clave, quien aunque lento, camina e invade territorios a pasos agigantados.
Gusanos cosecheros asociados al maracuyá en Antioquia. En las figuras 1-6 se pueden observar dos estados (larvas y adultos) de los gusanos cosecheros del maracuyá en Antioquia:
1. Marco teórico
La información internacional sobre el caracol africano (A. fulica), es abundante, pero vale la pena hacer énfasis en los registros nacionales, debido al gran cubrimiento territorial que registran los datos acerca de las infestaciones de esta especie animal.
1.1. Taxonomía
En la escala zoológica la ubicación taxonómica de los caracoles gigantes africanos es la siguiente de acuerdo con Virgillito (2015):
- Reino: Gasteropoda.
- Subclase: Pulmonada.
- Orden: Stylommatophora.
- Suborden: Sigmurethra.
- Superfamilia: Achatinoidea.
- Familia: Achatinidae.
- Género: Achatina.
- Especie: A. fulica (Bowdich, 1822).
- Nombre vulgar: Caracol gigante africano.
Figura 7. (a) y (b) Adultos del caracol gigante africano sobre tallos de maracuyá.
1.2. Origen y distribución
De acuerdo con la información que a continuación se detalla, el caracol africano ha invadido buena parte del territorio colombiano, localizándose en la actualidad en todos sus puntos cardinales.
1.3. Distribución nacional
Según Silva (2013), redactor de El Tiempo, la noticia nacional se registró así: “Comenzó como una amenaza menor. Los primeros ejemplares se vieron en vida silvestre en los primeros años del siglo XXI. Ya en el 2010 se desplazaban por Amazonas, Putumayo y Huila. Pero hoy, voceros del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional y del Instituto Alexánder von Humboldt le dijeron a El Tiempo que la especie está en 23 de los 32 departamentos”.
Agregó el citado comunicador lo siguiente: “Para los agricultores, es una plaga que destruye cultivos, ya que puede consumir más de 800 clases de plantas, incluso tubérculos, árboles frutales, leguminosas (fríjol, soya), cacao y algunas ornamentales. Ya es fácil verlo en cultivos de papaya, yuca, plátano, banano y aún en cultivos de café, donde no era usual hallarlo. Y para toda la población, su presencia no es grata porque pone en riesgo la salud. No es venenoso, pero usualmente es portador de un parásito que causa dolores abdominales y meningitis, una dolencia potencialmente mortal”.
Vergara (2014) recomienda al respecto las siguientes medidas:
- No capturar los especímenes sin guantes.
- La baba que secreta no debe hacer contacto con los ojos, la boca ni la nariz.
- Esta secreción no se puede usar como producto cosmético.
- Ningún espécimen se debe utilizar como mascota.
De acuerdo con Avendaño y Linares (2015), se recolectaron especímenes del caracol gigante africano los departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Meta, Valle del Cauca y Norte de Santander; igualmente fue hallado en el departamento de Sucre (De la Ossa, et al. 2017). El Ica afirma que, de acuerdo con la aplicación de 187 encuestas, se encuentra también en los departamentos de Arauca, Atlántico, Boyacá, Caldas, Casanare, Caquetá, Córdoba, Cundinamarca, Nariño, Norte de Santander, Putumayo, Quindío, Risaralda, Tolima y Vichada. Los resultados obtenidos a partir de la implementación de la encuesta advierten de la presencia del caracol en plantas de traspatio y de vivero.
1.4. Distribución departamental
Las noticias registradas por varios medios de comunicación han expresado lo siguiente con respecto a la presencia del caracol gigante en las diferentes poblaciones de Antioquia:
El Colombiano informó el 19 de septiembre de 2016 lo siguiente:“Más de 11 kilos de caracol africano recolectaron ayer voluntarios, funcionarios de Corantioquia y miembros de la administración municipal en una jornada de limpieza que realizaron en la quebrada La Maquea, en el municipio de Santa Fe de Antioquia”
Mi Oriente registró de la siguiente manera la presencia del caracol gigante en el oriente antioqueño: “Es por esto que las diferentes autoridades de San Carlos y Cornare se encuentran alertando a la comunidad con motivo de la proliferación de este molusco en esta localidad y sensibilizando a las instituciones educativas y habitantes en general sobre el manejo y la identificación de esta especie invasora. De igual manera, han conformado un comité de control, tratamiento y erradicación de este caracol, constituido por representantes del municipio de San Carlos, las Secretarías de Salud y de Cultura con la coordinación de Cornare, lo que ha permitido un trabajo articulado con las comunidades, para combatir la reproducción de esta especie”
El Espectador, informó lo siguiente el 2 de noviembre de 2017: “El hallazgo de 15 focos de caracol africano enCañasgordas, Antioquia, ha alarmado a las autoridades ambientales y de salud del departamento, al tratarse de uno de los animales más peligrosos del mundo. El Achatina Fulica, conocido como caracol africano, es un molusco que se reproduce con rapidez y que representa un grave riesgo para el ecosistema en el que habita, debido al parásito que contiene”.
Periódico Gente (Barrio El Poblado, Medellín) el 17 de noviembre 2017 registró: “Un recorrido de rutina de la vigilante y el de una trabajadora de oficios varios por los jardines de la Casa de la Cultura de El Poblado reveló un nuevo temible huésped: el caracol africano”.
1.5. Notas sobre el manejo integrado de las poblaciones del caracol
1.5.1. Control legal y otros según la autoridad ambiental
De acuerdo con la resolución N° 654 del 7 de mayo de 2011, del Ministerio de Ambiente, se debe poner en marcha el “plan nacional interinstitucional del sector ambiental, agropecuario, salud y defensa para el manejo, prevención y control del caracol gigante africano (Achatina fulica). Entre las recomendaciones se deben tener en cuenta la integración de los diferentes métodos de control, los cuales se destacan a continuación:
“ARTÍCULO CUARTO:Medidas Preventivas:Las autoridades ambientales dentro de su ámbito de competencia deberán adelantar las siguientes medidas preventivas:
1. Restricción al uso de la especie: Se restringe el uso de la especie Caracol Gigante Africano (Achatina fulica) para cualquier fin, así mismo se ordena impedir el fomento, comercio y cría en cautiverio de la especie”.
“En caso que esta especie haga parte de un establecimiento de cría que se encuentre operando de manera irregular, las Autoridades Ambientales Regionales deberán eliminar los especímenes vivos que se encuentren en tales establecimientos, de acuerdo con los aspectos técnicos que más adelante se establecen en esta resolución y deberán adoptar las medidas sancionatorias a que haya lugar.”
2. Evaluación de la presencia de la especie Caracol Gigante Africano (Achatinafulica): las autoridades ambientales regionales, deben realizar una evaluación rápida de diagnóstico de la presencia de la especie en el área de su jurisdicción tanto en zonas rurales como urbanas.
3. Control y vigilancia de las actividades de comercio y transporte: Las autoridades ambientales deben realizar actividades de control y vigilancia en cuanto al comercio de animales vivos y actividades de transporte de mercancías de origen vegetal o animal, de tipo silvestre, especialmente en los sitios donde está detectada la especie.
4. Seguimiento, monitoreo e investigación por parte de las autoridades ambientales con apoyo de los Institutos de Investigación del SINA y Universidades: es necesario realizar una línea base de conocimiento bajo las condiciones locales, para tal fin, las autoridades ambientales, deben evaluar cuáles son y hasta dónde se han extendido los impactos ambientales causados por la presencia de esta especie en el territorio nacional. Para lograrlo, pueden realizar alianzas con entes académicos y/o centros de investigación, locales, regionales o nacionales, para levantar la información de línea base local, teniendo en cuenta como mínimo los siguientes aspectos:
a. Patrón distribución espacial.
b. Distribución potencial de la especie, para establecer medidas preventivas o de reacción temprana en zonas donde esta no se haya registrado.
c. Estimación del número de individuos por área.
d. Ciclo de vida (crecimiento, reproducción).
e. Condiciones ambientales preferidas por la especie.
f. Estudios histológicos de estadios reproductivos.
g. Mecanismos de dispersión local y regional”.
h. Factores limitantes para el desarrollo de la especie (temperatura, hábitat, salinidad).
i. Otras sustancias que puedan desarrollarse como control específicos.
j. Estudios sobre potenciales predadores nativos, competidores y presas.
k. Estudios de potenciales efectos negativos sobre los servicios ecosistémicos.
l. Hábitos alimentarios de la población local, impacto sobre las presas.
m. Efectos sobre especies de flora y fauna nativa (competencia,predación, simbiosis etc.).
n. Monitoreo del desarrollo de la población (uso del hábitat, movilidad, entre otros).
o. Monitoreo de la efectividad de las medidas de control adoptadas”.
(…)
“ARTÍCULO SEXTO: Medidas de control de la especie Caracol Gigante Africano(Achatina fulica):Las medidas de control recomendadas son de carácter físico y químico, en cualquiera de los casos, preliminar y obligatoriamente se deben tener en cuenta estos aspectos:
- Identificación de la especie antes de iniciar el proceso para el control.
- Manipulación de la especie con la debida protección (guantes de carnaza) para evitar contaminación por parásitos (nunca manipular directamente con la mano).
- Solo podrán utilizarse molusquicidas autorizados por el Instituto Colombiano Agropecuario ICA y en las dosis permitidas.
1. Medidas de control físico: Este método se sustenta en dos opciones, ahogamiento o presión:
1.1. Colectar manualmente y con guantes los individuos y sus huevos.
1.2. Introducir dichos especímenes en una bolsa plástica.
1.3. Opción 1: (únicamente aplica para individuos adultos): Llenar un recipiente con agua hasta el nivel superior e introducir los especímenes adultos en el recipiente, taparlo para impedir su respiración.
1.4. Opción 2: Someter dicha bolsa plástica a presión física.
2. Medidas de control químico:
Este método se basa en el uso de sustancias que matan al caracol por deshidratación al entrar en contacto directo con la piel, para lo cual necesariamente se requiere que el animal esté fuera de la concha:
2.1. Opción 1: Colectar manualmente y con guantes los individuos y sus huevos.
2.2. Introducir dichos especímenes en una bolsa plástica.
Adicionar sobre el cuerpo del animal (no sobre la concha, pues el animal se puede esconder y entrar en estado de estivación) cualquiera de las siguientes sustancias: arsenato de calcio, sal común, o algún molusquicida debidamente aprobado por el ICA cuyo principio activo sea el metaldehido o Methiocarb.
Opción 2: Utilizar como cebo las mismas sustancias mencionadas en el párrafo anterior, exceptuando la sal, aplicándolo preferentemente en las zonas donde más se han observado individuos de la especie, con el fin de disminuir el riesgo que especies nativas puedan entrar en contacto con el cebo. Debe revisarse frecuentemente para renovarlo ya que los individuos se lavan con la lluvia, así mismo, con el fin de recoger los animales muertos para garantizar que el ganado y las mascotas no ingieran el cebo o a los caracoles envenenados”.
“ARTICULO SEPTIMO: Disposición Final:Respecto a la disposición final de los animales muertos, las autoridades ambientales regionales, deberán determinar conjuntamente con los municipios cuál de las siguientes opciones es la más apropiada de acuerdo con las condiciones locales y proceder a emplearla”:
Opción 1: Incineración.
Incineración de los animales muertos de acuerdo con lo establecido en el Decreto 2676 de 2000 y sus modificaciones, así como la Resolución 1164 de 2002, sólo en el caso de comprobarse que estos no son portadores de una enfermedad infectocontagiosa y que esta no puede ser eliminada con la aspersión de un desinfectante. Frente a esta opción, la determinación de la condición de portador de la enfermedad debe hacerse por cada animal; de otra parte, los hornos deben ser aquellos que se encuentran bajo los criterios ambientales establecidas para su operación. No obstante, para esta opción, necesariamente los animales muertos deben trasladarse hasta dichos hornos las condiciones de bioseguridad. El desecho que resulta de tal proceso, puede ser eliminado en un relleno sanitario ordinario.
Opción 2: Hidrólisis alcalina
Desarrollo de la tecnología de hidrólisis alcalina, que consiste en un baño caliente de soda caústica en el cual se introducen los animales, con la ventaja de que las proteínas se hidrolizan y en el caso del caracol, no quedan residuos patógenos. En este caso, los equipos para realizar dicho procedimiento deben transportarse hasta el sitio de captura de los animales.
Opción 3: Disposición final en celda de seguridad en el relleno sanitario
Disponer los caracoles muertos en una celda de seguridad licenciada por la autoridad ambiental ubicada en el relleno sanitario, la cual guarde los parámetros de construcción y operación establecidos en el reglamento de Aguas y Saneamiento RAS 2000 Decreto 1096 de 2000 o el que lo sustituya, posteriormente se recomienda tapar con una capa de cal viva y finalmente colocar una cobertura de suelo de mínimo 50 cm. de espesor.
Opción 4: Enterramiento in situ.
En caso de encontrarse en zonas rurales, teniendo en cuenta que el transporte y manipulación ameritan un tratamiento especial, se recomienda realizar el entierro in situ. Para tal fin deberá cumplir con los siguientes requerimientos:
- Ausencia de napas y de puntos de captación de agua y que la presencia de aguas subterráneas sea a una profundidad superior a los 8 metros.
- Entierro ubicado lejos de cursos de agua superficiales (ríos, lagunas, arroyos, etc.), y donde haya ausencia de cañerías de gas, agua o cables eléctricos subterráneos.
- Proveer las provisiones sobre la colocación en la fosa de cubiertas de materiales especiales para prevenir una posible lixiviación y contaminación de las aguas.
- La fosa debe ser excavada en forma de talud, es decir con paredes inclinadas, para evitar posibles desmoronamientos.
- Si se pretende enterrar varios animales, el piso de la fosa debe ser una pendiente que alcance 4 metros de profundidad aproximadamente en los 10 metros finales.
- La tierra se depositará a una distancia no menor de 1,5 metros de los bordes de la fosa para facilitar su posterior relleno.
- Se clavan estacas demarcatorias teniendo en cuenta que, para obtener un ancho de fosa de 3 metros, excavada en talud, el ancho de superficie debe ser de 5 metros. Es conveniente marcar el punto, a partir del cual, el piso de la fosa debe alcanzar los 4 metros de profundidad.
- Cuando sea necesario trasladar los cadáveres, éstos deberán ser transportados hasta el lugar de su enterramiento en una volqueta con la caja acondicionada para evitar la salida de fluidos. Debido a su rapidez y eficiencia, el equipo más apropiado para hacer la excavación es una retroexcavadora, y la profundidad de la zanja deberá ser tal que permita cubrir de forma completa los animales por lo menos con 1 metro de tierra.
- Para sellar la fosa, se cubren las carcasas con tierra y a 40 cm. antes de terminar de cubrir completamente.
- Debe aplicarse una capa de cal viva en toda la superficie, para posteriormente completar el tapado con tierra.
- No se debe compactar la tierra una vez finalizado el proceso.
- Por último, se requiere aplicar sobre la fosa y hasta a 2 metros alrededor de ella, carbonato de sodio, y cercar todo el perímetro del lugar de entierro para evitar la entrada de animales.
Registro del ataque de a. Fulica en un cultivo de maracuyá.
Como se indicó en la introducción al presente escrito, el fomento de esta planta pasiflorácea se inició en el occidente del departamento de Antioquia y el municipio del mismo nombre demostró que tiene condiciones edafo-climáticas adecuadas para el establecimiento de este cultivo.
Con la presencia y la comprobada herbivoría descubierta de este molusco sobre una plantación localizada en la vereda El tunal, municipio de Santa Fe de Antioquia, a 432 msnm (coordenadas: N 06° 34´ 53.4” y W 075° 49´ 39.4”), en una vega del río Cauca (Figuras 7, 8 y 9), es preciso incluirlo en los programas de manejo integrado del cultivo, tal como se tienen protocolos para enfrentar los citados problemas fitosanitarios representados por los gusanos cosecheros (fitófagos), la secadera de la raíz y la antracnosis del fruto.
De acuerdo con las observaciones realizadas en el lote afectado, se puede indicar lo siguiente:
- Las mayores poblaciones se presentan en las horas de la noche y principio de la mañana.
- Sobre la misma hoja del cultivo pueden alimentarse varios especímenes de diferentes estados de desarrollo.
- Para acceder al follaje del cultivo (establecido en el sistema de espaldera), se valen de los tallos de las plantas asociadas a laPassiflora, aunque pueden trepar por el tallo principal.
- Las poblaciones del molusco se pueden disminuir o controlar mediante operaciones con guadaña siguiendo el mismo sentido de la espaldera, trabajando una franja de 1.5 m de ancho.
- Se sospecha que la infestación detectada en la finca se originó a partir de la corriente de las aguas del Cauca, vecino del cultivo, ya que la zona urbana de Santa Fe de Antioquia afectada está a una distancia mayor de una legua.
- Probablemente desde algunas fincas aledañas al río, aguas arriba de su cauce, lancen a sus corrientes los especímenes capturados, pensando que pueden morir por esta inmersión.
- Se especula, sin conocer lo que está ocurriendo en los municipios vecinos de Liborina, Sabanalarga, Buriticá, Ituango y Peque, que en un futuro no muy lejano, crecerán las poblaciones de esta plaga, debido al cubrimiento de inmensas áreas por el embalse de Hidroituango.
- Por tanto, con urgencia se deben poner en práctica las recomendaciones registradas en la resolución N° 654 (7 de abril de 2011) del Ministerio de medio Ambiente, vivienda y desarrollo territorial.
Bibliografía
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