Por: Juan Paulo Ávila Acuña.
Ing. Agrónomo. Esp. Gerencia Financiera.
Candidato Msc. Bussines innovation.

 

Muchos empresarios confunden tener buenas ideas con innovar.  La innovación es más bien un acto social, en donde las buenas ideas, cargadas de creatividad, alineadas con los objetivos estratégicos de la compañía, son implementadas hasta producir efectos positivos, tales como la obtención de patentes o la generación de utilidades (Ponti, 2010).

Las empresas, así como los seres vivos, tienen un ciclo de vida.  De cada 100 empresas creadas solo 0,16 consiguen prolongar su éxito después de la cuarta fase. Uno de los factores claves de  éxito de las empresas que se mantienen aun después de la fase de alto crecimiento es la innovación.  De esta manera la innovación en empresas maduras no se debe ver como una posible alternativa, sino como una obligación, ya que el éxito es efímero y los logros pasados no aseguran los logros futuros (Amat y Lloret, 2014).

La innovación durante todas sus fases, requiere de la aplicación metódica de procesos y herramientas estructuradas para el logro de objetivos claros. Aunque existen varias metodologías para innovar en las organizaciones, todas ellas tienen factores comunes.  Un ejemplo de esto es que en algún momento del proceso se presenta una etapa de divergencia, en la cual se requiere la generación de una gran cantidad y diversidad de ideas frente a una situación planteada. Las ideas aquí generadas pueden surgir, por ejemplo, de sesiones de lluvia de ideas utilizando el conocimiento propio o no propio de la organización.

Posteriormente, se debe entrar en la fase convergente, en la cual se buscan patrones comunes para agrupar y seleccionar las ideas más adecuadas. Esta selección debe hacerse bajo criterios objetivos, analizando las posibilidades en el contexto de la empresa, teniendo en cuenta sus fortalezas y debilidades, pero especialmente las posibilidades reales de llevar a cabo las ideas planteadas.

Como se puede observar en la siguiente herramienta, la fase de convergencia, busca filtrar las ideas por su potencial y aplicabilidad, teniendo en cuenta los parámetros descritos en la siguiente tabla.

Las estrategias que queden ubicadas en el cuadrante superior derecho, de mayor potencial y mayor aplicabilidad se les aplicará la metodología PIN (Positivo – Interesante – Negativo) para la selección final (Ver figura 2).  Esta metodología fue desarrollada por Edward de Bono a partir de la técnica de beneficios y pérdidas.

Las opciones estratégicas (ideas) que no resultaron seleccionadas en este proceso, pero que fueron clasificadas en los cuadrantes superior izquierdo e inferior derecho, serán almacenadas en un banco de ideas para su aprovechamiento y mejoramiento posterior.

Este paso se puede realizar inicialmente de manera individual y luego socializarlo con el grupo de trabajo o bien se puede trabajar en grupo desde un principio.

Figura 2. Método PIN. Fuente Muñoz (2016).

Con base en las consideraciones que se evidencien aquí, se seleccionarán las estrategias a aplicar.  Las mejores ideas pueden extraerse directamente del cuadro, o si se prefiere algo más cuantitativo,  se pueden asignar valores de cero (0) a diez (10) a los factores positivos, valores de cero (0) a menos diez (-10) a los factores negativos y  valores positivos o negativos, según corresponda, a los factores interesantes.  Al finalizar se suman los valores en cada idea, se comparan con la puntuación de las demás ideas y se selecciona la o las de mayor puntaje.

La herramienta expuesta en este artículo, será útil incluso en procesos diferentes a los de innovación, ya que puede ser aplicada en cualquier sesión de resolución de problemas, en la cual se esté frente un variado número de ideas creativas. De esta manera la creatividad al interior de la empresa será evaluada y refinada, generando un aprendizaje para el beneficio de la misma.

Para finalizar, es muy valioso dar el reconocimiento a los autores de las ideas seleccionadas y sobre todo si se trata de colaboradores de la misma organización. Este reconocimiento debe comprender la declaración pública de su aporte, así como la recompensa en beneficios que lo motiven a él y a otros miembros de la organización a seguir generando ideas creativas en pro del mejoramiento continuo de la empresa.

Referencias bibliográficas

  • Amat, O. Lloret, P. (2014) Las claves del éxito en cada una de las fases del ciclo de vida empresarial. Harvard Deusto Bussines Review. 2014.
  • Muñoz, A. (2016). Curso de herramientas de creatividad.  Maestría en Bussines innovation. Universidad Externado de Colombia.
  • Ponti, F. (2010). Los siete movimientos de la innovación.  Editorial Norma.