Por: I.A. Camilo Echeverri Erk

Recientemente, me encontré con una nota en la publicación Las Dos Orillas (27/09/2024) que me dejó sorprendido. Se trataba de una estadística sobre el uso de la red X (antes Twitter) por parte del presidente Petro, según la cual, desde el inicio de su periodo presidencial hasta el 6 de junio pasado, Petro ha producido alrededor de 12.000 ‘tweets’ (‘trinos’), lo que equivale a un promedio de 550 al mes (18 por día), con una cifra récord de 125 en un día.

Es evidente que las redes sociales, entre ellas X, se han convertido en una de las fuentes de información (o desinformación) más utilizadas en la actualidad. A continuación, algunas estadísticas sobre esta red (Statista, 4/03/2024):

  • Fundada en 2006 por Jack Dorsey y adquirida en 2022 por Elon Musk por USD 44.000 millones.
  • Ingresos estimados en 2022: USD 3.400 millones
  • Con el ánimo de darle un vuelco a la organización (incremento en libertad de expresión y rentabilidad) Musk despidió a varios directivos y alrededor de 6.200 empleados entre enero y diciembre de 2022.
  • Usuarios activos: 354 millones (2023), con un promedio de 8.390 millones de visitas al mes (61% hombres, con el mayor porcentaje de usuarios en el rango de 25 a 34 años).

Para una figura pública del talante de Petro, quien además busca labrarse una posición de líder mundial (a veces da la impresión de que fuera esta su prioridad), es imprescindible usar este medio para estar permanentemente en el foco de la opinión pública. 

Mucho se ha dicho por parte de sus críticos sobre la cantidad, calidad y veracidad de lo que ‘trina’ el presidente. Opinan que abusa de este medio de comunicación por el exceso de mensajes, frecuentemente mal redactados, muchas veces con información inexacta o, algunas veces, inclusive falsa. Hay que reconocer que es una forma rápida y directa para llegar a su audiencia – los que lo apoyan y sus opositores – con mensajes a veces de alto impacto, tanto a nivel nacional como internacional. De acuerdo con información de La FM (7/08/2024) la cuenta en X @petrogustavo tiene alrededor de 7,6 millones de seguidores.

Reflexionando sobre el tema, recordé que en 2017 esta revista publicó en mi columna una nota que titulé ‘Tuco y Tico’, en la cual hacía referencia – sin mencionar nombres en ese momento – a los presidentes Uribe y Trump, comparándolos con dos personajes de las tiras cómicas de hace años llamados las ‘urracas parlanchinas’. En ese momento opiné que los dos presidentes en cuestión se excedían en el uso de la red Twitter, abusando también de esa forma de comunicación al publicar información tendenciosa y no siempre veraz. Me preguntaba entonces cómo hacían para concentrarse en atender sus obligaciones como jefes de estado, si empleaban tanto tiempo ‘trinando’. Hoy me pregunto lo mismo en el caso del presidente Petro.

Volviendo a las estadísticas de Las Dos Orillas, ¿cuánto tiempo al día le puede tomar a Petro redactar un promedio de 18 ‘trinos’? No sé, pero no es solamente el tiempo para responder sino el tiempo para escoger entre la enorme cantidad de mensajes que debe recibir, cuáles responder y pensar en las posibles respuestas. Al parecer, por lo que escribe y cómo lo escribe, a veces no lo piensa mucho. No me cabe en la cabeza cómo el máximo líder de un país tan complejo como Colombia, con tantos frentes prioritarios por atender, pueda concentrarse en gobernar y cumplir sus compromisos como mandatario, estando tan distraído por su actividad en la red. Si para las personas del común la adicción a las redes se puede convertir en una seria limitante para su desempeño laboral y personal, me imagino las consecuencias que puede tener para un presidente. Debe ser algo muy desgastante el estar pendiente a cada momento de lo que publican para responder al instante, casando peleas con expresidentes, exministros u otros personajes influyentes de la vida nacional y del exterior. Me imagino que no debe soltar el celular ni para cumplir con necesidades vitales básicas, y es probable que sufra de ‘nomofobia’, una de las enfermedades de estos tiempos, que consiste en sentir miedo de no tener el teléfono celular siempre a mano.

Como estrategia política, la forma de comunicarse del presidente seguramente es altamente efectiva y produce los resultados que busca: estar permanentemente en el centro de la discusión y poner a la gente a hablar de él. Muchas veces sus intervenciones sirven claramente de ‘cortinas de humo’ para distraer la atención de otros temas que evidencian desgobierno y afectan su popularidad. Pienso que sus mensajes deberían centrarse más en comunicar sus logros que en argumentar contra sus detractores. Los hechos son la mejor forma de demostrar la capacidad de gestión de cualquier dirigente.

No hay duda de que la ‘trinitis’ es otra de las adicciones de los tiempos modernos. En el caso del presidente Petro esta se suma a otras presuntas adicciones que le endilgan y que son un misterio. Lo cierto es que estas lo distraen y lo hacen alejarse de sus deberes como mandatario de los colombianos, contribuyendo a agravar la polarización e incertidumbre en la que estamos inmerso. La alta dignidad del cargo del presidente le impone un manejo mucho más responsable, respetuoso y serio de la información que publica.